La fantástica vida plástica de Barbie y Ken, según reseñas

Caribbean Digital

AGENCIA AP.- Para alguien que mide 11,5 pulgadas (29 centímetros) de alto y pesa menos de 8 onzas (226 gramos), la pobre Barbie ha tenido que llevar una carga terriblemente pesada a lo largo de los años en esa delgada espalda de plástico que tiene.

Recibida como pionera en 1959: ¡Una muñeca adulta! ¡Con pechos reales! Sin embargo, fue tildada de antifeminista una década después, cuando las manifestantes por los derechos de las mujeres coreaban «¡No soy una muñeca Barbie!», refiriéndose a su tipo de cuerpo poco realista (y quizás ignorando el hecho de que era soltera, propietaria de una casa y una mujer de carrera).

Con el paso de los años, Barbie tuvo sus aciertos (adoptar un tipo de cuerpo más inclusivo, postularse para presidenta) y sus errores (exclamar: «¡La clase de matemáticas es DIFÍCIL!», ¡ay!). A pesar de todo, esta chica con diminutos tacones rosados mantuvo un talento único para reinventarse a sí misma.

Es por eso que ahora tiene sentido que, la guionista y directora Greta Gerwig lleve a Barbie a más de una dirección, en todas las direcciones, en realidad, en su atrevida, inteligente, llena de ideas (aunque en última instancia, DEMASIADAS ideas) y, sobre todo, deslumbrantemente encantadora «Barbie», la primera película con actores reales de la marca.

¿Es un homenaje de celebración a Barbie y su historia? Sí. ¿También una crítica y una sátira mordaz? Sí, también. La película es coproducida por Mattel, y deben haberse asustado por algunos elementos, tal vez no por el bufón director general de Mattel interpretado por Will Ferrell, sino por una escena mucho más seria en la que una niña acusa a Barbie de hacer que las niñas se sientan mal consigo mismas. La película también trata sobre dinámicas de género, madres e hijas, sexismo… y más.

Pero el truco más ingenioso es cómo «Barbie», protagonizada excelentemente por Margot Robbie — después de un minuto nunca podrás imaginar a nadie más haciéndolo— puede burlarse y admirar simultáneamente y sin problemas su material de origen. Gerwig hábilmente enhebra esa aguja, incluso si la película se ralentiza en su segunda mitad bajo el peso de sus múltiples ideas y algunos arcos de personajes no tan desarrollados.