El arco de carretera del puente de Crimea, que conectará la península con el resto de Rusia, ha sido elevado este viernes sobre sus soportes y fijado a la altura proyectada de 35 metros sobre el nivel del mar.
Según ha señalado el vicedirector general de Proyectos de Infraestructura de la compañía rusa Stroygazmontazh, Leonid Ryzhenkin, los constructores han tenido en cuenta la experiencia de la maniobra marina de instalación del arco ferroviario. De esta manera, el alzado del arco de carretera se llevó a cabo en una «operación única» en un plazo de 54 horas en lugar de las 72 horas previstas. En ella han participado más de 150 constructores y marineros.
La noche de este jueves los constructores fijaron el arco mediante arriostramientos por viento. El montaje final del arco sobre los soportes tardará casi un mes.
Por su parte, el director de la compañía Control de Autopistas Federales Tamán, Román Nóvikov, ha señalado que en estos momentos las construcciones de la vía ferroviaria del puente se encuentran completadas en un 90%.
Ryzhenkin ha descrito las operaciones marinas como «punto álgido de todas las obras de construcción». El ingeniero ha señalado que la elevación de los dos arcos del puente que se alza sobre el estrecho de Kerch, situado entre los mares Negro y de Azov, es el proceso «clave y más complejo en términos de tecnología, no solo de 2017, sino de todo el proyecto».
El arco de carretera del puente de Crimea es una construcción de 227 metros de largo, 45 de alto y casi 5.500 toneladas de peso. Por primera vez en la historia de la construcción de puentes en Rusia se ha realizado desde el agua el transporte, el posicionamiento en condiciones de mar y la instalación sobre los soportes de una enorme construcción con posibilidad de navegación bajo ella.