La CELAC: Hacia una mejor integración regional

Caribbean Digital

El 23 de febrero de 2010, la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, celebrada en la Rivera Maya, dio un paso esencial para crear una entidad específica para la coordinación regional: CELAC. La nueva Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños fue concebida como un espacio propio, puramente subcontinental de concertación y representación regionales con proyección global.

Desde su creación, todos los líderes y presidentes latinoamericanos han reivindicado la visión de unidad heredada de precursores y próceres de nuestras independencias. Por su parte, Cuba, en la clausura de la II Cumbre de la CELAC realizada en La Habana en enero de 2014, en voz del entonces Presidente Raúl Castro señaló: “hemos alcanzado importantes acuerdo sobre temas trascendentales, como la Proclamación de una «Zona de Paz» en la región y las reglas y normas para garantizar que la cooperación intra y extrarregional redunde en beneficios tangibles de esta comunidad”.

La necesidad de contar con una instancia que promueva los intereses latinoamericanos y caribeños de manera unificada frente a los nuevos temas y retos de la agenda internacional se hace cada vez más evidente para todos nosotros. Desde la emergencia derivada de la pandemia de COVID 19 hasta la conveniencia de crear una agencia espacial latinoamericana, entre otros temas, nos han mostrado el valor añadido de la solidaridad y colaboración regionales en los intercambios de tecnología.

Hoy, México y Cuba coinciden en que, fieles al legado de Bolívar, debemos unir esfuerzos para consolidar la CELAC, sin descartar la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo e igualitario, sin necesidad de un árbitro o mediador que imponga sus condiciones o politice asuntos de derechos humanos y democracia.

México está firmemente convencido de que este es el momento de América Latina y el Caribe y que la CELAC tiene el potencial para actuar en todo momento como un mecanismo de conciliación, que nos permita enfrentarnos a la creciente desigualdad y problemática común de manera coordinada y unida.

Bajo esta premisa, como dijera el Canciller Marcelo Ebrard: “América Latina y el Caribe nos está exigiendo, nos demanda, a quienes dirigimos y representamos, que estemos a la altura de lo que necesitan nuestros pueblos”.