Isabel II entrena a Guillermo para ser Rey

Hay un momento en “The Crown” en el que vemos cómo una jovencísima Isabel II se enfrenta por primera vez y sin saber muy bien qué tiene que hacer exactamente a los papeles que cada mañana recibe de su gobierno como jefa del Estado británico que es. En esa escena podemos hacernos cargo de lo que significa el carácter hereditarios de una institución y cómo los ritos y reglas han de aprenderse de los antecesores, pues no existe otra manera de aprenderlos. En el caso de la joven Isabel, no pudo ser su padre el que le trasladara la mecánica de reinar: murió demasiado joven.

Ahora, gracias a un gran reportaje en la revista “People”, sabemos que Isabel II ha estado instruyendo desde niño a su nieto Guillermo en la tarea de administrar dichos papeles. La Reina los recibe cada mañana en una legendaria caja roja que, desde hace tiempo y cada vez que ambos coinciden en Windsor, revisa en compañía de su nieto. El mantra que la monarca ha inculcado en su nieto a la hora de controlar los efectos del contenido de la famosa caja es el siguiente: “Observación, observación y observación”. Prudencia extrema.

Lo que la Reina trata de trasladarle a su nieto (no nos queda muy claro qué papel puede jugar en esta especial relación abuela-nieto, y también Reina-Príncipe heredero, el príncipe Carlos), según las fuentes del palacio de Buckingham que han hablado en el reportaje, es la necesidad de una posición neutral. “El deber del monarca británico es aconsejar y advertir, no tomar partido”, cuentan. El príncipe Guillermo ha aprendido que si la Reina ha sobrevivido a tantas tormentas, es porque se ha situado por encima de la política. Y eso mismo va a hacer él mismo.

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