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La torre de control trató de comunicarse fallidamente con el helicóptero N72EX, en el que viajaban Kobe Bryant, su hija de 13 años y otras siete personas hace más de un año en California, pero no tuvieron respuesta.
«N72EX cuáles son sus intenciones», preguntó el controlador, a lo que siguió un silencio. «N72EX, siguen a muy baja altitud para poder seguir haciendo el seguimiento del vuelo…», continuó.
Segundos después, el Sikorsky S-76B se estrelló en una zona de difícil acceso cerca de la ciudad californiana de Calabasas: no hubo sobrevivientes.
Desde que se conoció que el astro de la NBA iba en el vuelo, la conmoción por la noticia dio la vuelta al mundo.
Las autoridades iniciaron inmediatamente la investigación para determinar las causas del accidente y este martes, más de un año después, ofrecieron las primeras conclusiones oficiales que revelan que esos minutos finales fueron decisivos en la tragedia.
De acuerdo con el reporte, el piloto del helicóptero, al parecer, se desorientó en medio de la niebla.
Una vez desorientado, el piloto aparentemente no utilizó los instrumentos de la aeronave, no los entendió o no confió en ellos, al punto que creyó que estaba saliendo de una densa nube cuando en realidad descendía, indicaron las autoridades.
«Esta maniobra es consistente con el piloto experimentando desorientación espacial en condiciones de visibilidad limitada», consideró Robert Sumwalt, presidente de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB).
Muchos helicópteros como el que viajaba Bryant no cuentan con «cajas negras», a diferencia de los aviones, por lo que en muchas ocasiones resulta muy complicado identificar las causas de un accidente.
Al exponer las posibles causas del accidente, la NTSB fue crítica con el piloto Ara Zobayan, quien según el reporte, violó reglas federales y fue en contra de su propio entrenamiento de vuelo al adentrarse en nubes espesas.
El piloto «volaba bajo órdenes de vuelo visual o VFR que legalmente le prohibían penetrar en las nubes», pero lo hizo de todos modos, comentó Sumwalt.
Los investigadores también cuestionaron la decisión de Zobayan de inclinar el helicóptero hacia la izquierda, en lugar de llevarlo hacia arriba mientras intentaba escapar del mal tiempo.
Zobayan era un experimentado piloto y había registrado más de 1.200 horas en el helicóptero Sikorsky-76.
De acuerdo con las autoridades, la desorientación puede aparecer cuando los pilotos no pueden ver el cielo o el paisaje, lo que dificulta juzgar la altitud y la aceleración.
El reporte también indica que la relación de Bryant con el piloto pudo haber influido en las decisiones equivocadas que tomó ese día al dirigir la nave.
Sumwalt indicó que por ello la NTSB también investigará «si el piloto enfrentó presión para completar el vuelo».
«¿Cuáles eran las expectativas del piloto bajo la política de la empresa? ¿Se presionó a sí mismo? ¿Qué acciones pudo haber tomado para evitar volar hacia las nubes?», cuestionó.
En mensajes de texto en la víspera del accidente y publicado ahora por la NTSB, Zobayan escribió que el pronóstico parecía «no ser el mejor».
A la mañana siguiente, escribió que las condiciones «se veían bien».
Pese a las malas condiciones meteorológicas, los investigadores no concluyeron que Zobayan se equivocó al seguir adelante con el vuelo.
En cambio, reiteraron que las causas más posibles del accidente estuvieron en decisiones que tomó en el aire.
Sumwalt indicó que concluyeron que la presión que Zobayan ejerció sobre sí mismo para completar el vuelo habría aumentado a medida que se acercaba al destino.
El vicepresidente de la junta de la NTSB, Bruce Landsberg, indicó que una presión similar pudo estar detrás de otros accidentes aéreos que involucraron a celebridades como Buddy Holly, Ritchie Valens y J.P. Richardson.
«En todos esos casos, se trata de alguien que tenía el estatus de estrella y los pilotos quieren desesperadamente hacer un buen trabajo para el cliente», dijo.
La NTSB había afirmado con anterioridad que no había evidencia de falla mecánica en el helicóptero Sikorsky S-76B.
Bryant viajaba regularmente en helicóptero para evitar el notorio tráfico de la ciudad de Los Ángeles y en la mañana del 26 de enero de 2020 llevaba a su hija de 13 años, Gianna, y sus amigos y familiares a un torneo de baloncesto juvenil.
La esposa de Bryant, Vanessa Bryant, demandó a Zobayan y las compañías que eran dueñas y operaban el helicóptero por presunta negligencia y homicidio culposo.
Las familias de las otras víctimas demandaron a las compañías de helicópteros, pero no a Zobayan.
Vanessa Bryant demandó también al Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles, luego de que los oficiales compartieran fotos no autorizadas del lugar del accidente.
California tiene ahora una ley estatal que prohíbe a los socorristas tomar fotografías no autorizadas de personas que murieron en la escena de un accidente o crimen.
(Tomado de BBC Mundo)