POR J. LUIS ROJAS
La satisfacción ciudadana es el grado de conformidad que expresan los ciudadanos cuando usan y reciben un servicio proveniente de una determinada institución o agencia pública. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), el cual es el órgano nacional rector del sistema de movilidad, transporte terrestre, tránsito y seguridad vial de la República Dominicana. En pocas palabras, el INTRANT es la entidad pública responsable de que los ciudadanos puedan desplazarse sin obstáculos por las diferentes calles, avenidas y autopistas de RD.
En términos prácticos, la satisfacción ciudadana es el estado de bienestar que manifiestan los ciudadanos cuando reciben servicios públicos oportunos y de calidad. A juzgar por la cantidad, magnitud y frecuencia de los tapones que se producen en las calles del Gran Santo Domingo, es evidente que el talento humano responsable de gestionar el sistema de movilidad, transporte terrestre, tránsito y seguridad vial de la República Dominicana, está generando grados de insatisfacción que afectan la salud mental, el estado de ánimo y los ingresos de los ciudadanos. Como se sabe, la insatisfacción produce desilusión, decepción, frustración, ira, distanciamiento, quejas, entre otras actitudes negativas.
El altísimo nivel de insatisfacción que genera continuamente el INTRANT a los ciudadanos, con respecto al desenvolvimiento del tránsito y el transporte terrestre, están afectando de manera directa y sustancial la imagen pública del gobierno que preside el señor Luis Abinader Corona. Recuérdese que la insatisfacción es un sentimiento humano que muestra el nivel de desencanto personal de un individuo, el cual puede surgir por la frustración de no haber cumplido una necesidad o deseo determinado. La dimensión de la insatisfacción ciudadana, con respecto a la calidad del tránsito, el transporte terrestre y la seguridad vial, no cabe en el tanque de almacenamiento de agua de la CAASD, ubicado en el kilómetro nueve de la autopista Duarte.
El parque vehicular actual del Gran Santo Domingo, sin duda, es una verdadera bomba de tiempo, ya que cada año entran a él miles de unidades de vehículos y motocicletas, a sabiendas de que no se construyen nuevas soluciones viales (calles, elevados, túneles, etc.). Eventos como Autoferia Popular, Expomóvil Banreservas, Fleximóvil de BHD, Autoshow Scotiabank, Autoferia ASOCIVU, entre otros, venden miles de autos nuevos y usados, los cuales se suman a los que transitan por las calles, avenidas y autopistas, violando las disposiciones establecidas en la ley 63-17, de Movilidad, Transporte Terrestre, Transito y Seguridad Vial.
Es obvio, a los organizadores de las ferias de autos, solo les interesa vender. En este sentido, no aportan ningún tipo de soluciones para abordar las fuerzas restrictivas que rodean el tránsito, el transporte terrestre y la seguridad vial. Dicho de otra manera, la banca responsable no actúa de espalda a la realidad.
Si el INTRANT realizará más y mejores esfuerzos tendentes a concretar su misión institucional, la satisfacción ciudadana, con relación al desempeño de la movilidad, el transporte terrestre, el tránsito y la seguridad vial, sería mucho más positiva que la que actualmente manifiestan los ciudadanos. Existe una notable asimetría entre las múltiples dificultades que rodean al tránsito y las acciones que lleva a cabo el director ejecutivo interino del INTRANT, coronel piloto Randolfo Rijo Gómez, ERD. La forma en que opera el tránsito, el transporte terrestre y la seguridad vial en RD, no agrega valor significativo a la calidad de vida de los ciudadanos.
La situación actual del tránsito dominicano es grave. En este orden, no basta con prohibir la circulación de vehículos de carga durante el asueto de la Semana Santa, así como anunciar que se trabaja en una resolución que regularizará los servicios de entrega a domicilio con motocicletas. Es necesario asumir con mayor determinación y consistencia, iniciativas como los programas de formación vial para multiplicadores, parquéate bien, el cual tiene como objetivo mejorar la fluidez del tráfico y garantizar la seguridad vial. Además, hay que decirles con firmeza a los bancos, que cada año organizan ferias para vender miles de autos, que además de obtener jugosas utilidades, es imprescindible aportar soluciones urgentes que mejoren el desenvolvimiento del parque vehicular.
Es inminente que el INTRANT planifique, ejecute y controle estrategias y actividades que impacten de manera rápida y positiva la movilidad, el transporte terrestre, el tránsito y la seguridad vial. La realidad es que el INTRANT no tiene control del tránsito, el transporte terrestre y de la seguridad vial. Pareciera que estos importantes servicios públicos andan como chivos sin ley: miles de motocicletas conducidas por sujetos que tienen aspectos de seres humanos, pero piensan, deciden y actúan igual que los animales.
Los ciudadanos desean saber lo que hará el INTRANT para controlar el comportamiento inadecuado de compañías nacionales e internacionales, las cuales ofrecen servicios de entrega de alimentos a domicilio, a través de los denominados delivery motorizados: Uber Eats, Pedidos Ya, Hugo. Además, hay que agregarle a la lista, los delivery de las grandes cadenas de supermercados, farmacias y los provenientes de los colmados. Hasta ahora, el INTRANT ha dejado claro que no tiene capacidad para mejorar la satisfacción de los ciudadanos, con respecto al tránsito, el transporte terrestre y la seguridad vial.
Sería de mucha utilidad para la toma de decisiones del INTRANT, acercarse al Observatorio Nacional de la Calidad de los Servicios Públicos, el cual es un espacio virtual de participación, diseñado para observar, investigar y analizar en torno a la calidad de los servicios públicos desde la óptica institucional y ciudadana. Opera bajo la Dirección de Monitoreo y Evaluación de los Servicios Públicos del Viceministerio de Servicios Públicos del MAP.
Con respecto a la problemática actual del tránsito y trasporte, la urbanista De Moya ha planteado que: “un gran agravante es los trancones causados por una sobrepoblación de vehículos (y con cientos de ferias promoviendo la compra de más), la dualidad de semáforos-policías de tráfico (hacen más mal que bien), la falta de consecuencia al mal manejo y violación de normas de conducción, la falta de conexiones para muchos de los transportes públicos existentes y sobre todo la inseguridad de nuestras calles, entre otros. Esto hace que vivir lejos sea aún más complejo, empeore nuestra calidad de vida y tengamos una ciudad menos sostenible”. (Listín Diario, 2024).
En el mismo orden, el decano de Arquitectura y Artes de la UNPHU, Arq. Omar Rancier, ha puntualizado que: “la ciudad de Santo Domingo, y con ella todas las ciudades del país, se encuentran afectadas por graves problemas de tránsito y transporte producto de una sostenida práctica de no atender los aspectos fundamentales de la movilidad urbana: planificación y educación, o más bien, gestión de la planificación urbana y educación vial”. (Desayuno del Listín Diario, 2024).
Los incumbentes del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT) y la Alcaldía del Distrito Nacional, tienen que hacer más y mejores acciones para mejorar la satisfacción ciudadana, en torno a la calidad del tránsito, el transporte terrestre y la seguridad vial, Sin lugar a duda, con estas iniciativas contribuirían a no seguir dañando más la salud y fortalecerían la imagen pública del gobierno de Luis Abinader Corona.