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MADRID, AP. El príncipe Felipe ascendió al trono español el miércoles a la medianoche, pero no hubo ninguna elegante celebración oficial. La crisis económica y una tasa de desempleo de 26% en España han hecho que el rey más nuevo de Europa sea relativamente frugal en las ceremonias formales de su proclamación.
Su padre, el rey Juan Carlos, de 76 años, causó enojo cuando se fue a un safari en África en momentos en que muchos españoles pasaban por penurias económicas. Felipe, de 46 años, parece dispuesto a estar más a tono con los españoles y evitar los errores de su antecesor.
El histórico acontecimiento es tal vez más notable por lo que no incluyó: el banquete, sino sólo una recepción con tapas —bocadillos— que los invitados comerían de pie. Tampoco hubo realeza o gobernantes de otros países, desfiles ni ceremonias.
Para el estándar de la realeza, esto es humilde. Tampoco hubo champaña, sólo cava, el vino espumoso de la región de Cataluña. “Más que nada es un mensaje”, dice Pablo Pérez López, profesor de historia moderna en la Universidad de Navarra, quien opina que al mostrar sobriedad en el gasto, los monarcas “muestran un cierto sentido de solidaridad en momentos de dificultad económica”.
Juan Carlos, quien abdicó el 2 de junio, promulgó el miércoles por la tarde la ley que establece el marco legal para el traspaso de reinado. Inmediatamente después, el presidente del gobierno Mariano Rajoy ratificó la medida, que entró en vigor a la medianoche.
El rey saliente, quien fue operado de la cadera en noviembre, entró caminando al Parlamento con la ayuda de un bastón para la firma de la ley, que se transmitió por televisión. El jueves, Felipe será proclamado formalmente monarca en una ceremonia con legisladores en el Parlamento.
Aunque será una ceremonia sencilla, serán exhibidos la corona del siglo XVIII y el cetro del siglo XVII. Después de un breve desfile militar, el rey Felipe VI y la reina Letizia recorrerán en automóvil algunas de las calles y monumentos más emblemáticos de Madrid, como el Museo del Prado y la fuente de Cibeles.
El palacio reconoció que la pompa ceremoniosa fue eliminada para mantener “los criterios de austeridad que recomiendan estos tiempos que corren”.
La razón detrás de esto es fácil de entender, dice Emilio de Diego García, profesor de historia moderna en la Universidad Complutense de Madrid.
“En momentos en que cada gasto es examinado con lupa, particularmente el dinero público, cualquier ostentación hubiese sido criticada”. Juan Carlos es ampliamente reconocido por dirigir la transición democrática española después de la dictadura de Francisco Franco. Pero hubo escándalos que dañaron su reinado, como fue la investigación a su yerno, Iñaki Urdangarín, por sospechas de desfalco.
Su hija menor, la princesa Cristina, tuvo que declarar como sospechosa nombrada en la causa de fraude y lavado de dinero contra su esposo. El cambio ocurre mientras España busca recuperarse de una profunda recesión que ha dejado a unas 6 millones de personas sin empleo. También hay tensión política por los movimientos independentistas en Cataluña, en el noreste, y el País Vasco, en el norte.