¿Existe la suerte?

Rafael Baldayac

Especial/Caribbean Digital

Hace cuatro semanas el chofer mocano Bernardo Tejada resultó agraciado con  218 millones de pesos (US$5.0 millones de dólares) el acumulados más alto que se ha sacado en el país a la Loto de la compañía LEIDSA.

Waoooo!!!! . pero qué buena suerte tiene ese señor!!! ¿Cuantas veces has escuchado esta expresión?,  Estoy seguro que  muchísimas veces.  Es más, probablemente conoces a otra persona en particular a quien la suerte le sonríe muy a menudo.

Periodista Rafael Baldayac. Archivo.
Periodista Rafael Baldayac. Archivo.

Pues bien ¿qué es la suerte?; ¿existe la casualidad  o karma?; ¿es de Dios?

La palabra suerte se define  como el estado que resulta de los acontecimientos afortunados o no, que le ocurren a una persona, así que podemos decir que la frase: buena suerte, se aplica al hecho afortunado que vive una persona en un momento dado.

¡Cada vez son más las personas que creen en la “suerte”. La mayoría está convencida de que las cosas que ocurren en la vida son puramente movidas por la CASUALIDAD en su naturaleza y que no existe ninguna otra explicación posible.

Este término, usado para señalar a tales personas como AFORTUNADAS,  se deriva de la palabra “fortuna” y se define como “algo hipotético, fuerza o poder con frecuencia personificada, que favorable o no controla los eventos de la vida de uno.”

¿Pero, es esa la definición Bíblica? ¿Permite la Palabra de Dios un concepto llamado “suerte? ¡La respuesta podría sorprenderlo!.

Sencillamente este concepto contradice la enseñanza bíblica que toda bendición proviene de Dios (Santiago 1:17). Como consecuencia, en vez de glorificar a Dios como debemos, se anda en busca de la suerte.

Esta mentalidad que da énfasis a la “suerte” también contribuye a la superstición y ésta viene siendo una forma de religión en el mundo que atribuye las bendiciones a otras fuentes que no sea Dios.

Definitivamente podemos decir que la Biblia no habla de “tener suerte”. El concepto bíblico es que Dios obra en nuestras vidas para el bien en toda situación (Romanos 8:28).

La palabra que hoy usamos para «apostar» o para «lotería» no se usa en la Biblia. ¿Qué principios están detrás de la lotería y de las apuestas? La idolatría y la codicia. Un cristiano que apuesta,  está poniendo su confianza en  la suerte o azar para asegurar un futuro promisorio, no Jehová.

Dios habla de no poner ninguna cosa delante de Él en nuestras vidas. Pues al jugar  la loto o lotería, en realidad estamos colocando nuestra confianza en el dios de donde viene la palabra «suerte» o «fortuna», ese dios se llama la «fortuna».

“Pero vosotros, los que dejáis a Jehová, que olvidáis mi santo monte, que ponéis mesa para la Fortuna y ofrecéis libaciones al Destino” (Isaías 65:11-13).

Literalmente tomado, la Biblia  dice que  «Fortuna» se refiere a un dios, que también se conocía con el nombre de «Destino. Varias civilizaciones hasta contaban con estatuillas para representar la «diosa de la fortuna».

Era a la Diosa de la Fortuna se rogaba cuando se apostaba y por esta razón se besaban los dados cuando se lanzaban. Todavía hoy esa tendencia sobrevive.

A lo largo de toda la Biblia, la enseñanza para los hijos de Dios es que estos deben depender exclusivamente de Dios,   Jehová, quien siempre ha demandado adoración exclusiva, y  es nuestro gran proveedor para satisfacer nuestras necesidades.

¿Cómo puede un «Cristiano» colocar el destino de su vida en las manos del Azar, del Destino, de la Fortuna en vez de en Dios, su Creador? ¿Cómo puede un verdadero cristiano reclamar que Jehová es su Proveedor, y aún así lanzar los dados o jugar 10 boletos de la lotería este próximo domingo?

Estas aptitudes erradas, pecaminosas, ofenden grandemente a Dios, porque El no da los números de la lotería y mucho menos aconseja endeudarse para tener dinero.

Para administrar bien nuestros recursos hay que tener un claro y amplio conocimiento de nosotros mismos. La administración busca aumentar nuestro potencial, desarrollar al máximo lo que Dios nos ha dado y ministrarlo a otros con el mayor provecho.

En Mateo 25: 14-30 (Parábola de los talentos), los siervos fieles fueron los que multiplicaron sus talentos y obtuvieron el mayor rendimiento del dinero de su Señor.

“Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los Ejércitos” (Hageo 2:8).

¿Por qué debemos ser buenos administradores de nosotros mismos?- Porque Dios es el creador de todas las cosas y de nosotros. En Él vivimos, y nos movemos, y somos (Hechos 17: 28).

Desde el origen del mundo Dios bendijo al hombre para que prospera en base al trabajo: “Fructificad y multiplicaos” (Génesis 1:28).

 

¡La motivación de jugar la lotería y de apostar no es otra que la codicia! (Jeremías 6:13).

 

Cuando ponemos nuestra confianza en otras fuentes para que provean para nuestras necesidades, en realidad estamos llamándole mentiroso a Dios,  ya que Él promete vida en abundancia (Juan 10:10),  pero como lo que queremos es riquezas rápidas y fáciles, Dios no tiene por qué honrar su palabra.

 

¡Un cristiano verdadero NUNCA apostaría un solo centavo a la lotería ni a juego de azar alguno!