Por: Regino Martínez Bretón, sj.
Especial/Caribbean Digital
Dajabón, R.D. Es verdad, “hay que estar vivo para oír y ver cosas que guindando parecen salchichón”, por ejemplo esta, que el Señor Director General de Migración (DGM), Lic. Ricardo Taveras Blanco, diga que, para iniciar una simple carnetización de obreros migrantes haitianos tenga que esperar que en Haití hagan un censo…

Ahí podemos ver la voluntad que hay en el Gobierno Dominicano, de querer iniciar el “PROCESO DE REGULARIZACIÓN DE MIGRANTES HAITIANOS”. Que una autoridad en funciones diga necesitar que otro país haga tal o cual actividad para aquí poder ejecutar todo un proceso de control…, es inimaginable, impensable, increíble; pero cierto.
Parece ser que, los encargados de la Dirección General de Migración (DGM) desconocen que cada país tiene leyes particulares de control para la movilidad dentro de su territorio de extranjeros. Sin embargo, nuestro Director Lic. Ricardo Taveras B. aparentemente, desconoce lo que estamos haciendo las instituciones que efectivamente queremos (cuanto menos) acabar con la irregularidades de los migrantes que transgreden las leyes dominicanas.
Más que tratar de ignorar y querer prescindir del trabajo social que estamos realizando en la República Dominicana a favor de la legalidad, el Sr. Lic. Ricardo Taveras Blanco, debe tener en su agenda y guía el trabajo que realiza el SERVICIO JESUITA A MIGRANTES. Los cuales estamos presente en Santo Domingo, en el Centro Pedro Francisco Bonó; en Santiago, en el Centro de Formación y Acción Social Agraria (CEFASA); en Dajabón, en Solidaridad Fronteriza; y en Jimaní, en la oficina del SJM.
Son muchos los años que llevamos acompañando a los obreros migrantes haitianos y es grande la experiencia que tenemos a favor de la legalidad y defensa de sus derechos laborales.
Una muestra de lo que decimos está en Solidaridad Fronteriza, que tiene un acuerdo con la Oficialía Civil de Wanament, Haití, para sacar actas de nacimiento a los obreros haitianos organizados en la Asociación Solidaria de Obreros Migrantes de la Línea Noroeste (ASOMILIN). Además, tenemos un convenio con el Consulado Haitiano en Dajabón, para apoyarles en la obtención del pasaporte y, lo mismo con el Consulado
Dominicano en Wanament para la obtención del visado por un año. Y todo este proceso oficial es pagado por los obreros organizados en la Asomilin. Como información del trabajo de documentación que llevamos cabo en los lugares y centro donde laboran en casi toda la línea noroeste, podemos establecer que, más de cinco mil actas de nacimiento, así como 900 visas y la obtención de 100 pasaportes podríamos resumir el logro de estas jordanas incansables por la legalidad que, a fin de cuentas, ayuda al Estado Dominicano a un mejor conocimiento de la población extranjera que tiene en su territorio.
Esto, que nos viene dando resultado tangibles lo habíamos conversado con el anterior director de la DGM, el vice- Almirante Sigfrido Pared Pérez, aducíamos que el mismo facilitaría el proceso de regularización…, pero no nos hizo caso; como a lo mejor, al parecer, tampoco quiere hacerlo el actual incumbente, Lic. Ricardo Taveras.
De ahí que pensemos, a partir de todo lo expresado por el señor director, en entrevista dada en Color Visión, el pasado domingo, 1 de Abril, que resulte más ganancioso para la DGM y los empleadores el sacar carnets a los obreros migrantes. Por que cada carnet cuesta al obrero RD$1,200.00 (mil doscientos pesos) y tiene vigencia por seis meses, y el resultado: beneficio al Empleador, porque éste justifica en el comercio internacional que emplea a trabajadores/as migrantes irregulares, los cuales están autorizados por el Gobierno Dominicano, quien los carnetiza. ¡Ah!, pero lo cierto es que, ese carnet lo pagan los/as obreros/as. Aquí, la función del empleador es adelantar el dinero como pago a la DGM por medio a un cheque, que luego irá descontando cada quincena del salario al obrero/a.
Por tales razones, al director de la DGM, Lic. Ricardo Taveras Blanco, le resulta más rentable carnetizar que iniciar el proceso de regularización. “Siempre comiendo los mangos bajitos”… sin importarle la vulnerabilidad y discrimen del OTRO en su centro de trabajo, ya en la construcción ya la agricultura y ganadería o los servicios.
Nosotros decimos al revés: regularizar ahora los y las trabajadores/as migrantes.