El liderazgo político no se transfiere y cualquier «capricho» sale costoso

José Alfredo Espinal

Editor/Caribbean Digital

El presidente Leonel Fernández no quiere darse el lujo de transferirle su liderazgo a otro, porque sabe que cuatro años estaría buscando una vez más la presidencia de la República.

SANTIAGO, República Dominicana./ Un triunfo del candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina, se constituye en un logro para esta organización, para un grupo de dirigentes y de sus militantes, pero al mismo tiempo esta victoria podría sacar de circulación el liderazgo del presidente Leonel Fernández.

Leonel Fernández, Danilo Medina e Hipólito Mejía. Archivo.

Como en este país el liderazgo político se logra desde el poder y este a su vez se ejerce fundamentalmente a través de la Presidencia de la República, al que menos le parecería prudente al jefe de Estado que gane las elecciones es  a su compañero de partido.

Hipólito Mejía y Miguel Vargas. Archivo.

Por sus estrategias y experiencias del sistema político dominicano, Fernández, quien además es el presidente y líder del PLD, no manifiesta sus diferencias públicas con Danilo Medina, como una forma de que no se entere el vecino y para enviarle un meta mensaje al candidato de su partido de que lo está apoyando, aunque en el fondo no le interesa tu triunfo.

El presidente Leonel Fernández, conocido aquí en el patio por algunos como el mejor discípulo del fenecido presidente Joaquín Balaguer,  sabe que un triunfo de Medina se constituiría probablemente en un reemplazo de su liderazgo tanto fuera como dentro de su organización.

Una estrategia de este León de la política dominicana es haber podido introducir a su esposa, la primera dama Margarita Cedeño de Fernández, como candidata vicepresidencial de la República.

En un hipotético caso que Danilo Medina resulte ganador de las elecciones del próximo 20 de mayo, el Presidente Fernández abandonaría el poder político principal del Estado y del Gobierno, pero con su esposa como vice prácticamente estaría nadando dentro de sus propias aguas.

Danilo Medina, de su parte, sabe que esta podría ser su última oportunidad con posibilidades de ocupar la Presidencia de la República. Él sabe que una coyuntura dada por la prohibición de la reelección del presidente Leonel Fernández, la crisis económicas que arropa al país, un desgaste de su gobierno y evitar que se produjera un conflicto interno insalvable en su partido, fue lo que le facilitó su candidatura presidencial.

Por lo que se pudo ver en la precampaña del PLD, Fernández al parecer quería que su esposa fuera la candidata presidencial de su organización, lo que le garantizaría mantener su liderazgo político a la sombra de su mujer.

Pero la presión del sector que respalda a Danilo fue tan fuerte que Margarita tuvo la necesidad de anunciar que declinaba sus aspiraciones a la primera magistratura de la nación.

En el PRD

En el caso particular del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el panorama aunque está más tenso es diferente por el hecho de que el liderazgo político lo constituye la figura del candidato presidencial Hipólito Mejía y no la persona del presidente del partido, Miguel Vargas Maldonado.

Aquí la faja se la está jugando Vargas Maldonado, ya que ganando o perdiendo Hipólito sin su apoyo estaría cavando su propia tumba como presidente y hasta como miembro del PRD.

Los perredeístas probablemente no le perdonarían al presidente del partido blanco estar fuera por cuatro años mas del Palacio Nacional por un capricho o rencor de Vargas Maldonado, quien con su actitud está pensando mas en sus intereses personales que en el futuro de la base de su partido.

Una probable victoria de Hipólito Mejía, Vargas Maldonado no puede permitir que suceda sin su apoyo, ya que estaría de mas su presencia en el partido y así mismo podría comprenderlo su alta dirigencia y su amplia militancia en todo el país.

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