El lado positivo en momentos de crisis

POR J. LUIS ROJAS

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En el último año, la pandemia del coronavirus COVID-19 ha devastado vidas y medios de subsistencia en todo el mundo, dejando al descubierto las desigualdades estructurales, y poniendo de manifiesto la urgencia de reconstruir de forma más justa los sistemas sociales y económicos del mundo tras la crisis. (Agenda de Davos 2021).

 En momentos de crisis como los actuales, en los que reinan los sentimientos de incertidumbre e inseguridad individual y colectiva,  es cuando las empresas, sin importar su naturaleza y tamaño, muestran y demuestran que su misión, visión, valores y objetivos no solo se limitan a generar utilidades para sus dueños y accionistas, obteniendo así cantidades significativas de beneficios sin ningún tipo de contribución a la sociedad. Dicho de otro modo, son empresas mezquinas, indiferentes y oportunistas, que se aprovechan de las crisis para poner en práctica sus maniobras y esfuerzos rentistas.

En República Dominicana, desde que el Ministerio de Salud Pública detectó el primer caso importado de coronavirus, en marzo 2020, algunas de las grandes empresas nacionales han emprendido determinadas acciones para visibilizar y legitimar su carácter solidario y su responsabilidad social en tiempos de crisis sanitaria, social y económica, como la que enfrenta hoy el mundo. Dentro de este marco, sobresalen las iniciativas de comunicación institucional del Banco Popular Dominicano: «Nos mueve lo que nos une», campaña institucional inspirada en incentivar aquellos valores compartidos por los dominicanos, que los motivan y los unen, inspirándoles a construir una mejor sociedad.

Además, el Popular, principal filial del Grupo Popular Dominicano, lanzó recientemente en el marco de la pandemia COVID-19, su campaña “El lado positivo”, con la cual se pretende animar a la sociedad a enfrentar la realidad con optimismo, continuando la adaptación y el descubrimiento de oportunidades de desarrollo en este año 2021, pese a los efectos negativos y a las adversidades ocasionadas por el coronavirus. La sociedad dominicana ha aprendido a valorar las empresas que en momentos de crisis se comportan como ciudadanos corporativos socialmente responsables y empoderados.

La calidad y cantidad de los proyectos e iniciativas que sustentan la obra social del Banco Popular Dominicano, han contribuido para que los distintos sectores que integran la sociedad dominicana otorguen a esta entidad financiera un sólido permiso social. La licencia o permiso social es un activo intangible, el cual se construye cada día haciendo lo correcto siempre en todo momento, lugar y circunstancia. Los ciudadanos son quienes lo conceden de manera voluntaria y espontanea a las organizaciones y marcas que pueden mostrar y demostrar transparencia en sus actuaciones y visibilizar sus buenas acciones a favor de la sociedad. El Popular, gracias a su vocación de servicio, ha construido un capital relacional positivo, de alto valor agregado para su reputación e imagen pública.

Otras empresas dominicanas, que en momentos de calamidades e incertidumbre han mostrado y demostrado su espíritu solidario y su extraordinaria capacidad para levantar la motivación individual y colectiva de los dominicanos, mediante creativas y efectivas campañas institucionales, son el Banco BHD León (Lo vamos a lograr), Café Santo Domingo (Seguimos unidos), Banreservas (La voluntad de salir adelante), Grupo Corporativo SID, Grupo de Comunicaciones Corripio, Pinturas Popular, Claro Dominicana, entre otras. Las empresas éticas y socialmente responsables no se aprovechan de las crisis sanitarias, económicas y sociales para lucrarse.

El rol que debe jugar el sector privado en el gran reinicio de la economía, del empleo y de la reconstrucción de la confianza, fueron algunos de los temas abordados durante el desarrollo de la Agenda Davos del Foro Económico Mundial 2021. Además, se reflexionó bastante sobre los retos que en el corto y mediano plazo tienen por delante las empresas. Ejemplos, reiniciar relaciones más sostenibles con sus grupos estratégicos y de interés, establecer puentes de cooperación y colaboración con las agencias gubernamentales e instituciones de la sociedad civil, procurando con ello unir esfuerzos para reiniciar con nuevos bríos y perspectivas lo que ha quedado atrás con la pandemia.

Parte de las transformaciones profundas y sistémicas que requiere el capitalismo rentista y de amiguetes actual, sin dudas, vendrán de los líderes que conducen el presente y futuro de las corporaciones y empresas, las que tantos daños han provocado a la Madre Naturaleza.  Dentro de este orden de ideas, Jefes de Estado, gobiernos, CEO de empresas, medios de comunicación globales y líderes izquierdistas de la sociedad civil, reunidos en el Foro Económico Mundial, han coincidido en señalar que el proyecto colectivista, que persigue la instauración de un modelo socialista mundial y sin fronteras, se ha adelantado como consecuencia de los efectos globales devastadores de la COVID-19.