Por Maribel Tribaldos
Directora Médica Sanofi Pasteur
Ciudad de Panamá.-La situación actual que estamos viviendo con el COVID-19, definitivamente trae a nuestro consciente colectivo la experiencia vivida con la Pandemia H1N1 del 2009, causado por el nuevo virus H1N1 que contenía una combinación exclusiva de genes de virus de influenza que nunca había sido identificada.
Sin duda alguna, aunque los lugares donde ambas enfermedades fueron descubiertos son diferentes; uno en México y el otro en China, ambos casos se tratan de enfermedades de transmisión respiratoria que son generadas por mutación de virus ya existentes tanto en humanos como en animales.
Lo interesante es que hay muchas lecciones para aprender de un caso a otro. En junio 2010 la Organización Mundial de la Salud-OMS, decreta emergencia de salud pública a nivel internacional por la gripe H1N1, reconocida como Influenza, a raíz del contagio masivo de personas en diferentes países del mundo. La alerta mundial implicó en su momento la promoción de prácticas de higiene para evitar el contagio, el aislamiento de los enfermos identificados y el posterior desarrollo de la vacuna en el corto plazo. Se actuó así con determinación. Una vez salió la vacuna la mayoría de la población se vacunó.
Sin embargo, una vez se logró controlar su propagación se bajó la guardia, se dejaron de aplicar con la misma intensidad medidas higiénicas y muchas personas olvidaron que la vacunación es una medida efectiva de prevención. Debido a esto, hoy en día se estima que mueren al año hasta 650.000 personas en el mundo secundario a la influenza estacional, siendo los niños y los adultos mayores los más afectados. Por una razón que no tiene sentido, la Influenza se volvió paisaje, se le considera una enfermedad común y dejó de ser una preocupación, dejándose a un lado las víctimas que anualmente produce.
Si bien Pasteur antes de la vacuna había descubierto que los gérmenes son los que causan las enfermedades, estos tienen comportamientos distintos, además de mutar producto del ambiente en que se encuentran. Por eso la vacuna contra la Influenza requiere una dosis todos los años, lo cual hace que sea un inmenso error que las personas dejen de hacerlo por considerar que la enfermedad ha dejado de ser una amenaza.
Hoy la Influenza sigue siendo un problema de salud. En Estados Unidos, el 85% de los estados informan una alta actividad de influenza. A hoy se han reportado 310 000 – 560 000casos de hospitalizaciones por influenza en ese país y más de 18 mil casos de muertes asociadas a influenza en lo que va de la temporada Flu 2019-2020. Para el caso de Costa Rica, año tras año en promedio entre 40 a 80 personas pierden la vida a causa de este virus.
La aparición del Coronavirus se constituye en un llamado de atención para también no bajar la guardia frente a las enfermedades respiratorias. De hecho, para la OMS se trata de un coronavirus de una cepa particular que no había sido identificada previamente en humanos. En general, los coronavirus son una extensa familia de virus, algunos de los cuales puede ser causa de diversas enfermedades humanas, que van desde el resfriado común hasta el SRAS (síndrome respiratorio agudo severo). Debido a que aun no existe una vacuna, tenemos que prevenir la infección con medidas de higiene.
Hoy tenemos una de las herramientas más eficaces para la prevención de la influenza, una enfermedad mortal. Utilicémosla, ejerzamos el derecho que nos brinda el estado de vacunarnos y no repitamos la historia.