Discriminación a LGBTI dificulta prevención del VIH, entre otras trabas sanitarias

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SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Programa de la ONU sobre el VIH/sida (ONUSIDA) pidió desde su sede en Ginebra que la comunidad internacional elimine las leyes discriminatorias contra el colectivo LGBTI, que dificultan el acceso de sus miembros a servicios de prevención del Virus de Inmunodeficiencia Humana y a otros servicios de salud.

En el marco del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, el organismo destacó en un comunicado que el estigma que sufren estos y otros colectivos se ve reforzado por leyes penales que aumentan la violencia, la explotación y un clima de miedo que dificulta los esfuerzos para que los servicios de prevención del VIH/sida lleguen a todos los que lo necesitan.

El Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia se conmemora cada 17 de mayo para recordar que en esa fecha de 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de su lista oficial de enfermedades.

ONUSIDA recordó que, pese a ello, suman 65 los países que aún tienen leyes que castigan las relaciones entre personas del mismo sexo, entre ellos al menos ocho que lo consideran un delito punible con la pena capital.

También señaló que el colectivo de hombres homosexuales sigue teniendo tasas de contagio del VIH, causante del sida, veintiocho veces mayores que el resto de la población, al tener menor acceso a servicios de prevención.

«Es extremadamente importante que creemos un mundo en el que todos puedan acceder a los servicios sanitarios y sociales que necesitan sin la amenaza de sufrir violencia o discriminación», resaltó en la nota el secretario general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.

La realidad habitual para las Lesbianas, Gays, Transgénero, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI) es otra, en particular en América Latina, África y Oriente Medio, donde son discriminados socialmente.

EN LA REPÚBLICA DOMINICANA

El Consejo Nacional para el VIH y el Sida (CONAVIHSIDA) informó esta semana que el Anteproyecto de Ley General de Igualdad y No Discriminación está listo para ir al Congreso Nacional, tras ser conocido por todas las instancias del Gobierno, la sociedad civil y organismos de cooperación internacional, comprometidas con el tema.

El doctor Víctor Terrero, director de la institución estatal, explicó que esta versión de la pieza cuenta con los aportes de la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo, la Procuraduría General de la República y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y fue consensuada por la sociedad civil y las agencias de cooperación.

“Este instrumento legislativo –apuntó el funcionario- responde a una necesidad apremiante de la sociedad dominicana de contar con una legislación que, de forma clara, defina en qué consiste una acción discriminatoria”.

Dijo que la pieza define los mecanismos jurídicos disponibles para las víctimas, en procura de ser debidamente resarcidas en caso de vulneración de sus derechos.

Indicó que en el país muchas violaciones de los derechos humanos pasan desapercibidas o quedan impunes por la falta de una ley específica que prevenga y penalice el trato discriminatorio en cualquier ámbito.

“Estas poblaciones viven situaciones particulares de vulnerabilidad por la discriminación que sufren a la hora de acceder a los servicios sociales básicos, como lo son salud integral, educación, trabajo, justicia, entre otros, y de ejercer su condición de ciudadanos”, remarcó.

Terrero ha pedido reiteradamente a los médicos, en especial a residentes de las especialidades de ginecología y obstetricia, convertirse en pilares de la humanización de los servicios de salud, a fin de cambiar la historia del ejercicio de la medicina en el país.

El funcionario presentó hace unos meses un estudio sobre estigma y discriminación realizado por la consultora Claudia Valdez y el Conavihsida en quince hospitales públicos del país, que da cuenta de que el personal de salud ha tenido un trato discriminatorio en perjuicio de esas poblaciones. Por ejemplo, el 31 % de ese personal prefiere no ofrecer servicios a las personas trans.

“No quieren ponerles las manos a las personas con VIH y prefieren evitar a los pacientes de las poblaciones clave, especialmente a los trans, hombres que tienen sexo con hombres y una gran parte ni siquiera ha recibido entrenamiento para abordar la atención a la epidemia”, ha denunciado Terreno.