Depravación en las escuelas públicas

Por: Ramón Antonio Veras 

I.- Hechos para despejar dudas

 1.- La persona realista ve las cosas y los hechos tal como son, lo que le permite actuar con sentido práctico; sin sustraerse a la realidad  para  no caer en abstracciones.

2.- El medio social dominicano actual, permite ser analizado de manera objetiva por todo aquel que procura ser veraz y exponer con conocimiento de causa, partiendo de la materialidad.

3.- Sin ninguna clase de remilgo, con suma sencillez estamos en condiciones de emitir opiniones con relación a la sociedad dominicana de ahora, y el resquebrajamiento en el conjunto de principios que deben seguirse para el correcto proceder.

4.- Si algún dominicano o dominicana, tenía duda por donde andan las buenas costumbres y el decente proceder de los adolescentes en el presente, su inocencia desapareció con los actos vergonzosos exhibidos recientemente por varios púberes.

II.-  En las escuelas, bailando en blumen,  fumando y tomando alcohol

5.- Esas muchachas que en horas de la mañana o de la tarde, salen de sus hogares, con sus uniformes muy ajustados a sus cuerpos, y variados colores en sus labios y rostros,  ya demostraron la razón de su coquetería y maquillaje.

6.- Sin ninguna clase de disfraz para cubrir sus rostros, ni disimulo alguno, en pleno centro escolar, un grupo de adolescentes se dejaron grabar, en ropa interior, muy risueñas y ejecutando movimientos cadenciosos.

7.- Además de bailar en pantis, las jóvenes se dejaron ver por televisión, haciendo uso de bebidas alcohólicas, como si su lugar para estudiar fuera un espacio público.

8.- Los adolescentes, para completar las acciones desenfrenadas en su propia escuela, hicieron una demostración de ser expertos fumadores, lanzando por sus bocas una gran cantidad de humo.

9.- Todo aquel que quiso ver lo vio; el penoso espectáculo de jovencitas en su centro de estudios, bailando en ropa interior, tomando alcohol y fumando en unión de compañeritos.

10.- Lo que fríamente hemos expuesto con respecto a la mocedad,   y sus diversiones para el público, no fue una actividad para conmemorar un hecho de importancia.

11.- Cada quien atendiendo a su forma de pensar, que califique lo llevado a efecto por  jovencitas en una escuela pública. De entrada, hay que decir que fue una acción desenfrenada que llega a la obscenidad.

 III.- Los hechos hablan

 12.- Por lo agitada que está la vida de nuestro pueblo, moviéndose entre crisis económica, social y sanitaria, a lo mejor no se ha detenido a pensar lo que entraña el bochornoso caso en las escuelas.

13.- Las estudiantes bailando en blumen  en su escuela, no es para dejarlo así por así, como si nada hubiera pasado. Esa acción impone reflexión de parte de padres, autoridades, educadores y la sociedad entera.

14.- Los adolescentes que llevaron a cabo el desenfreno en las escuelas, enviaron  un feo mensaje de lo que es la sociedad humana donde estamos viviendo. Esto es motivo de vergüenza; nos debe ruborizar, a no ser que aquí triunfó por completo lo indecoroso sobre lo moral.

15.- No hay que ser un pesimista para suponer que lo sucedido en escuelas públicas, con una juventud entregada a inmoralidades, no es más que la señal que manda un orden social despedazado ética y moralmente.

16.- Lo que hicieron esos infantes, no es para celebrar. Por el contrario, debemos verlo como un acto que nos reduce como país y mujeres y hombres de bien. Las vulgaridades no elevan, reducen.

17.- Lo recién ocurrido en los centros escolares, y lo que hicieron las alumnas y los alumnos, lo que prueba es que estamos en una sociedad infructuosa, inoperante, que no sirve para bien formar en lo ético y moral.

18.- Lo que presenciamos por televisión, obra de nuestros futuros ciudadanos y ciudadanas, no es bueno para narrar, porque motiva mala impresión. No es bonito para contar a los demás, porque causa repugnancia e indignación.

Ideas finales

19.- No nos engañemos. Los actos efectuados por estudiantes en el mismo lugar donde son instruidos, son ofensivos; nos llevan al descrédito como país, y en lugar de ganarnos elogios, nos hacemos merecedores de opiniones afrentosas.

20.- Sin darle mucha vuelta a la cabeza, debemos llegar a la conclusión de que las acciones de las jóvenes en ropa interior, fumando y tomando bebidas alcohólicas, constituye una afrenta; un oprobio y una perversión propias de una sociedad entregada  a la indignidad y a las inmoralidades.

21.- Quiérase o no, lo que en su escuela hizo nuestra juventud, hay que tomarlo como síntomas de un cuerpo social enfermo que, por medio de sus miembros más tiernos, envía señales de gravedad.

22.- En nuestro país, los grupos de poder económico, político y social, deben sentirse preocupados por lo ocurrido en las escuelas públicas, y las acciones de las adolescentes bailando en ropa interior, tomando alcohol y fumando.