José Alfredo Espinal
Caribbean Digital
SANTIAGO.- Un cargo público, acompañado de un alto salario, un buen vehículo y un par de lisonjeros atrás, es el típico personaje de un funcionario del gobierno en la República Dominicana.
Manejando los recursos del pueblo se creen que el erario solo les pertenece a ellos. Son prácticas de muchos de los funcionarios, de este y de cualquier gobierno que cuando se le sube aquello a la cabeza tratan de pisotear a todos los que opinan en su contra.
Pero, los pobres de mentes y carentes de conciencia solo se dan cuenta que ganan mucho dinero y se dan buena vida. No saben o se hacen los locos. Porque en cualquier momento escupen para arriba y la saliva lee cae encima. No toman tiempo para verse en el espejo., pero no en el espejo que refleja su rostro, sino en aquel que retrata a quien en el pasado vivió momentos tan buenos o mejores que ellos, sin embargo, hoy nadie los recuerda.
Recuerdo aquellos funcionarios de Balaguer, Leonel e Hipólito. Vivían endiosados, con el pueblo a sus pies. A los Danilistas, véanse en ese espejo, para que en el futuro no sea parecido el episodio. Están a tiempo de bajarse, porque si siguen subiendo, cuando se caigan, el golpe será más duro.