Caso Jean Alain: Reflexionar sin alegría del proceso

JOSÉ ALFREDO ESPINAL

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SANTIAGO, RD. Yo no me alegro del mal que le ocurra a alguien en particular, como pudieran muchos estar celebrando por la situación que está atravesando el exprocurador de la República, Jean Alain Rodríguez.

Los 18 meses de prisión preventiva que una jueza impuso al exfuncionario y a otros implicados en una presunta red criminal que habría estafado al Estado con más de seis mil millones de pesos, son acontecimientos que, más que satisfacción, deberían llamarnos a la reflexión.

Si el exprocurador es culpable de los cargos que el Ministerio Pública considera, pues, que los jueces determinen, como ha pasado con los 18 meses de cárcel preventiva que recibió.

Pero lo que busco significar con esto no es el hecho de que el Ministerio Público persiga o no los responsables o presuntos culpables de cometer hechos que entienda que deben ser sometidos a la justicia. Tampoco es dejar las cosas así, si en realidad no marchan ben.

Lo que entiendo que debemos reflexionar es que como sociedad debemos estar vigilante ante el accionar de nuestros servidores públicos. Porque cierta o no la acusación, es bastante delicado que un órgano tan importante como el Ministerio Público se vea envuelto en un escándalo, más aun, cuando su antiguo representante figure como principal en un proceso de investigación tan serio.

El éxito aquí no es sentir alegría por el calvario que está pasando otro, sino el camino de la esperanza de que en la República Dominicana se puede cambiar para mejorar. Es por eso que debemos reflexionar ante lo que pudiera pasarle a otro funcionario de igual o menor poder que el que está siendo hoy procesado. Es decir, que, reírse del mal del otro no es lo apropiado, sino apelar porque en el país nadie sienta alegría porque lleven a alguien a prisión. Debemos celebrar cuando no haya la necesidad de perseguir a nadie, pues, ahí entonces, podemos decir que en términos de transparencia estamos avanzando.