Domingo Hernández
Quienes pudieron presenciar el pasado sábado el combate entre los mexicanos Saúl –Canelo-Alvarez y Jaime Munguía, celebrado en el T-Mobile Arena de Las Vegas, Nevada, de seguro que se sintieron satisfechos.
“El Canelo” y Munguía, quienes se disputaron el campeonato mundial supermedio -168 libras-absoluto en poder del primero, hicieron recordar a aquellas grandes batallas que previamente se habían celebrado entre púgiles mexicanos en disputa de campeonato mundiales.
En ese contexto, se enmarcan, las históricas trilogías entre Marco Antonio Barrera y Erick .El Terrible-Morales, así como la de Rafael Márquez frente a Israel Vásquez, entre muchas otras.
Alvarez y Munguía protagonizaron un combate sin desperdicio, sin tregua, sin pausa durante 12 asaltos que mantuvieron expectantes y les produjeron emociones superbas a todos aquellos que pudieron verlo, ya sea de manera directa o vía televisión y otros medios de comunicación.
Ni el “Canelo” ni Munguía decepcionaron. Los dos lo dieron todo en pos de la victoria y se esforzaron al máximo para lograrla. Al final uno de los dos tenía que ganar y lo hizo Alvarez, quien retuvo su trono unificado por quinta ocasión con una justa y clara decisión unánime (los jueces votaron 117-110, 116-111 y 115-112).
Empero, el pleito en sí fue trepidante, intenso y violento de principio a fin. Munguía dominó claramente los tres primeros asaltos en base a presión, agresividad y un mayor volumen de golpes.
No obstante, ya a partir del cuarto, “El Canelo” comenzó a imponer ley y a establecer su dominio. En esa vuelta, por ejemplo, Alvarez envió a la lona a Munguía con un uppercut de derecha. Munguía, empero, se levantó de inmediato y siguió combatiendo, enseñando una buena capacidad de asimilación.
A partir de ahí, a excepción del octavo asalto que lo ganó Munguía, “El Canelo” dominó las acciones, fundamentado básicamente en su mayor experiencia, inteligencia, fortaleza, precisión, efectividad y poder en su golpeo.
Alvarez fue siempre de menos a más. Munguía, quien sufrió su primera derrota en 44 salidas, con 43 triunfos y 34 de ellos por la vía rápida, de más a menos, aún cuando hizo un esfuerzo extraordinario por llevarse la victoria y en todo momento presentó batalla y se mostró combativo.
Munguía puso de manifiesto un gran ímpetu e intensidad durante todo el trayecto, enseñó mucho corazón y determinación. Fue un retador digno, en cuya pelea demostró que pertenece a la élite de los supermedios y que su futuro es promisorio en esta división, en la que puede llegar a campeón, pues apenas tiene 27 años de edad.
“El Canelo”, que ahora pone su ´record en 61-2-2, con 39 nocauts y quien ha ganado títulos mundiales en cuatro pesos diferentes, fue superior en recursos, contienda en la que ratificó su extraordinaria fortaleza, sapiencia y sólida preparación físico-psicológica.
Y si bien ya no es el mismo “Canelo”, todavía le quedan facultades para celebrar algunos combates más frente a lo mejor de este casillero –un año o año y medio activo a lo sumo- y sacar algunas victorias para luego hacer mutis con dignidad, acorde a su grandeza y de paso cerrar así una de las carreras más ilustres, no sólo de los últimos tiempos,sino de cualquier época. Por cierto, dentro sus planes inmediatos, debería estar su esperada pelea con David Benavidez antes de su retiro. PARA QUE LO APRENDAS O LO RECUERDES:A propósito, “El Canelo” ganó 35 millones de dólares en esta pelea y Munguía 10, la mayor bolsa de su carrera para este último.!Suena la campana! ¡Climmp!