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Un conjunto de atentados de la agrupación terrorista Estado Islámico, incluidos ataques suicidas, mataron al menos a 156 personas en el sur de Siria y dejaron 200 heridos, en lo que ha sido una de las jornadas más sangrientas que protagonizan los yihadistas desde hace meses.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos entregó información de las explosiones, indicando que impactaron varias áreas de la provincia sureña de Sweida, controlada en gran parte por el gobierno. Los ataques se produjeron casi una semana después que una campaña del gobierno sirio busca expulsar a los combatientes del EI justamente en la parte sur de Siria, donde el epicentro de los ataques se concentra en Daraa.
Las redadas terroristas comenzaron cuando tres atacantes suicidas detonaron sus cinturones explosivos en la ciudad de Sweida, mientras otras explosiones golpeaban pueblos al norte y al este. “Los combatientes del EI irrumpieron en aldeas en el noreste de la provincia y mataron a residentes en sus casas”, dijo Rami Abdel Rahman, director del Observatorio con sede en Gran Bretaña.
Las explosiones y los atentados suicidas dejaron al menos 32 combatientes, partidarios del gobierno, y 22 civiles muertos, además de al menos 21 yihadistas fallecidos, agregó Abdel Rahman.
A pesar de que las fuerzas progubernamentales expulsaron al grupo terrorista de los centros urbanos en el este de Siria, las incursiones sorpresa del EI en los últimos meses han matado a docenas de combatientes del gobierno y aliados en un intento por quitar la presión que está ejerciendo el gobierno de Al Assad.
Hasta ahora, más de 350 mil personas han muerto y millones han sido desplazados desde que comenzó la guerra en Siria en 2011.