Arrodillados por el crimen organizado

Desde Mi Ventana Óptica

Por Alejandro Almánzar

Especial/Caribbean Digital

NUEVA YORK./ El crimen organizado y el terrorismo tienen de rodilla a la humanidad, haciendo gala de su poderío económico, logístico, servicio de inteligencia y armamentos, que les dan supremacía frente a los Estados mismos. El peligro es cada vez mas latente, pues en sus planes macabros no sólo quedan sus objetivos, si no, que iconos del mundo, como Facundo Cabral, también se han tenido que ir entre sus redes.

Periodista Alejandro Almánzar. Archivo.

Hoy América y gran parte del mundo está compungida por la forma vil y salvaje en que resultó acribillado un hombre de bien, a quien nuestros pueblos hicieron suyos por su solidaridad ante los males que les afectan. Como si no fuera suficiente la temeridad del terrorismo, los sicarios están imponiendo la ley del gatillo contra personas ajenas a sus andanzas criminales.

Esto parece complicarse bastante para los responsables de la seguridad en los países, ya que, la ejecución de individuos por encargos ha tomado un giro peligroso, donde nadie escapa a su saña. Se entendía que los delincuentes entrenados para esos fines tenían políticas diseñadas, donde sólo fueran blancos aquellos que en su bajo mundo roban dinero, drogas o delatan. Pero lo ocurrido en Guatemala, demuestra que estos no definen bien sus objetivos para atacar, que sus balas pueden llevarse de encuentro a cualquiera, incluyendo la soberanía de los pueblos y el derecho de la gente a transitar libremente.

En nuestro país, muchos ciudadanos decentes han sido asesinados disque confundidos por esos agentes de la muerte, sucedió hace poco en San Francisco de Macorís, y en un atentado perpetrado, según las autoridades, por el cartel de Figueroa Agosto, contra el dueño de La Francesa Repostería, donde murieron individuos que no tenían velas en ese entierro.

Los gobiernos deben emplearse a fondo ante la amenaza que representa el crimen organizado. Hoy es Guatemala que pasa por la vergüenza de rendirle  cuentas al mundo por el asesinato de nuestro Facundo Cabral, pero mañana puede ser cualquier otro país. Imágenes mostradas por autoridades guatemaltecas sobre la ejecución de tan abominable crimen, demuestran que estos no temen de nada, ni a nadie.

Que se movían con total libertad, como si hubiesen ignorado que cámaras estaban captando sus pasos, en abierto desafío a la autoridad. Dicen que el atentado no iba dirigido al cantautor y poeta argentino, pero ¿Por qué tantos disparos sobre la persona equivocada? ¿En el seguimiento que durante ocho días les dieron al objetivo, no vieron a Cabral abordar su vehículo? ¿Le brindó el Estado la debida protección a un ciudadano con tan limpio historial?

Viajar pasó de ser un placer a una pesadilla, pues en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado en puertos y aeropuertos, las personas sanas pasan por desagradables momentos, pero aún así, estos  burlan la vigilancia, llegan a su destino y ejecutan crímenes espantosos, lo que significa que la gente buena está a merced de su barbarie.

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