Abinader deberá castigar a los corruptos; de lo contrario, no habrá tal cambio

José Alfredo Espinal

[email protected]

SANTIAGO.- Recuerdo cuando era niño, entre 8 y 10 años de edad; si llevaba algo a casa mi querida madre (fallecida), me hacía una pregunta. ¿Quién te dio eso?. Ni siquiera preguntaba dónde lo había encontrado. Si decía, alguien me lo dio; pues yo debía demostrárselo y si lo hallé en algún lugar tenía que explicarle dónde, pero si averiguaba que era falso, me castigaba para que no olvidara ese momento. Sobre todo, para que esa acción no se repitiera jamás en mi vida.

Eso me ha enseñado a ser un ciudadano respetuoso de aquellas cosas que no son mías.

Si el presidente electo Luis Abinader lograra hacer algo parecido con los nuevos funcionarios de su gobierno a partir del 16 de agosto y lo propio con los que dejan el cargo y se demuestre que han robado al erario, el país realmente irá por otro rumbo. Aquel destino que la sociedad dominicana ha estado demandando por décadas.

No se trata solamente de discursos y buenas intenciones. El régimen de consecuencias es obligatorio. El castigo es necesario para aquellos que hagan lo incorrecto.

El país no va a cambiar simplemente porque tenga a un nuevo presidente de un partido con un color diferente. La República Dominicana tendrá esos cambios cuando se ejecuten las acciones correctas, comenzando por quienes nos gobiernan.

Cada gestión positiva tendrá nuestro aplauso, pero también será objeto de nuestro cuestionamiento un hecho que ante la opinión pública resultare bochornoso.

Luis Abinader tiene un gran reto y sabe que la sociedad desde ya lo tiene en la mira…