Wakolda,de Luisa Puenzo es «otro» cine argentino

José Rafael Sosa

Especial/Caribbean Digital

CANNES.  Francia. Basada en una novela propia, Luisa Puenzo, escritora y directora de cine, ha marcado una diferencia con los «temas oficiales» del cine argentino. Conn su estreno hoy en la Sala Debussy del Festival de Cannes, dentro de la competida seccion «Una cierta mirada» el cine argentino logra su mas firme exponente, produccion que para ser lograda obligo a tomar  el camino de lo no trazado,el  mas difícil y  el mucho más costoso. Pero la decisión fue clara, tratar de abrir temáticamente la cinematografía del gran país sudamericano.

Wakolda,de Luisa Puenzo es "otro" cine argentino
Wakolda,de Luisa Puenzo es «otro» cine argentino

No hizo salones con el inagotable y siempre atractivo comercialmente hablando,  cine político  con su sabor a martirologio nunca honrado como es debido, ni las historias de drama, poéticas o humor cimentadas en crónicas  sobre personajes imaginarios o parcialmente reales, captados de las épocas actuales.

Puenzo se atrevió a mucho más: Se planteo un drama de época con personajes robados a la historia, como el doctor Joseph Mengele, comandante nazi y reconocido por su experimentos con la niñez judía en los campos de concentración del Tercer Reich.

Puenzo selecciona los primeros años de la década de 1960 en los que ubica una familia argentina que se cruza con el médico nazi, quien queda fascinado, genéticamente hablando, de la hija del matrimonio Lilith, mas pequeña de lo que es su edad real y  ubica su trama  en  Barrichole, junto al paradisiaco lago Nahuel Huapi. Paisajísticamente un sueno y una efectiva postal  turística que invita a conocer esos lugares.

Lenguaje de cine

Wakolda  destaca por  las magnificas actuaciones, desde la experimentada Natalia Oreiro (Eva, la madre), Diego Pereti (Enzo, el padre), el actor catalán Alex Brendemul (Mengele) hasta la debutante Florencia Bado (Lilith), a lo cual agrega la dirección de arte que es sencillamente esplendida, rica en detalles, documentada al extremo y presentada con verosimilitud; la fotografía del nivel profesional más elevado y una edición precisa, y una trabajo sonoro que evidencia conocimiento del oficio.

El discurso de las imágenes y acciones, dejan  entusiasmado a un público que se expreso al final de la proyección en la Sala Debussy, en un extendido aplauso a los Puenzo y al equipo técnico y artístico que acometió esta tarea formidable.