Vuelven a triunfar

Son uno, y se nota. Lo cierto es que cuando les ves juntos, parece que el tiempo no ha pasado y mantienen intacto ese espíritu de piña y de conexión que tantos equipos de muchas empresas anhelan. Ya sabes que estás ante un encuentro único e irrepetible, como lo son ellos. Cada uno con su estilo y forma de ver la vida, pero hay algo que les une para siempre y que ha marcado sus vidas desde que se juntaron hace 15 años. Se nota que no es algo forzado.

Esta semana los integrantes de ‘Operación Triunfo Primera edición’ nos han dado una lección. Ya no son aquellos niños que queríamos llevarnos a casa y protegerlos de la presión. Hoy son unos pedazo de profesionales, que han recorrido mucho y forjado sus vidas. Incluso algunos son padres y madres felices, que saben lo que quieren y saben también por qué están donde están.

Nadie les regaló nada y pagaron el precio de ser los primeros en vivir una experiencia única en nuestro país

Nadie les regaló nada y pagaron el precio de ser los primeros en vivir una experiencia única en nuestro país. Son fruto de su esfuerzo y de quien les empujó con buen tiento para que se convirtieran en lo que son: personas felices y que viven de su sueño, la música. «Somos humanos», alega como guiño a su último trabajo una Chenoa tajante en sus declaraciones a la prensa –’no jokes’ con Laurita, porque tiene sus momentos–.

Me ha emocionado estar ‘a su lado’ y recibir el mensaje sin que ellos lo hayan pretendido. Es cuestión de estar alerta y querer entender de qué va esto de vivir. ¿Qué hizo que ellos sobrevivieran indemnes a una vida muy difícil de digerir hasta para actores de Hollywood?

Han influido muchos factores, además de ese duende que les tocó para dejarles la capacidad de sorprenderse siempre. Hay un poco de lo que se alimentaron en la ‘academia’ de la mano de sus profesores. Nunca olvidaremos a ese Llácer simplemente colosal, una Nina que todo lo abarca, esta Noemi capaz hasta el infinito, un Poty perenne y entusiasta, o un Manu intuitivo y generoso, por mencionar a algunos. Y, por supuesto, otro mucho de lo que respiraron en sus hogares. Todo ello ha hecho que se desarrollen durante estos 15 años como artistas conscientes de lo que tienen. Pero también gracias a una generación de fanes que supieron entender que el trabajo, la constancia y la humildad son claves para ‘triunfar’.

Han vuelto a casa, a TVE, a ‘su casa’, como dice una emocionada Rosa. Vuelven para hacernos ver quiénes son, quiénes fueron y, sobre todo, hacernos entender quiénes somos nosotros con ellos. Lo vamos a comprobar este domingo. Os aseguro que nos vamos a emocionar ante la tele. En esta nueva visión de los componentes de OT Primera edición, se entremezclan sensaciones muy contrarias, momentos amargos y declaraciones políticamente no tan correctas, con melodías para la nostalgia y una pequeña rendija para que se cuele lo inesperado.

Como ellos mismos dicen, fueron los primeros, para bien y no tan bien. No imaginaban lo que les esperaba ‘fuera. El tiempo fue disipando toda esa marea de conciertos, público, viajes y fama para dejar reposar las cosas. No les pusimos demasiada atención en su día, y siguieron con sus vidas después de un tiempo en la cresta de la ola –nosotros también somos humanos, querida Lauri–. Pero nunca os perdimos la pista, porque os habéis hecho notar a base de trabajo y más trabajo. Y convirtiendo «vuestra sal en nuestra sal», como diría Manu.

Y así seguís en la senda, con vuestra entrega, dando lecciones a más de uno que os precedió y que pone muchas más pegas a la vida. Pasasteis mucho tiempo justificándoos ante los que llamabais grandes, pero ese tiempo, lo sabéis, ya pasó. Porque ahora habláis de tú a tú a aquellos artistas que os miraban extrañados y ahora os hacen hueco encantados porque os lo habéis ganado. Es más, alguno de vosotros los invitáis a vuestra escena.

Solo queda daros las gracias, a todos sin excepción. Nos disteis una lección en su día y seguís dándola.

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