Venezolanos de Miami ya piensan en votación

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DORAL, Florida, EE.UU. (AP) — Beatriz Olavarría no para de atender el teléfono y mandar mensajes de correo electrónico. Está movilizando a voluntarios venezolanos de Estados Unidos para que se preparen para las próximas elecciones presidenciales tras el fallecimiento del mandatario Hugo Chávez.

Un grupo de venezolanos se reúne en un restaurante en Doral, Florida, tras escuchar la noticia de la muerte del mandatario Hugo Chávez. (AP )
Un grupo de venezolanos se reúne en un restaurante en Doral, Florida, tras escuchar la noticia de la muerte del mandatario Hugo Chávez. (AP )

«Tengo semanas trabajando, queremos más participación» de los votantes registrados, manifestó Olavarría a The Associated Press.

«Vamos a pedir que el centro electoral esté en Miami, pero estamos listos para viajar adonde sea», expresó la inmigrante venezolana, que lideró los esfuerzos en octubre para movilizar a más de 8.500 venezolanos a votar en Nueva Orleans, a unos 1.400 kilómetros de distancia.

La comunidad venezolana de Estados Unidos es la más numerosa en el exterior y pasó de 91.500 personas en 2000 a 215.000 en 2010, según el censo de ese último año. La mayoría de ellos, el 57%, vive en Florida, en el sudeste del país, principalmente en el área de Miami y sus alrededores.

Cerca de 19.500 personas de Florida, Georgia, Carolina del Norte y del Sur están registradas para votar en Miami, pero el consulado fue cerrado en enero de 2012 pocos días después de que el Departamento de Estado declaró persona no grata a la cónsul Livia Acosta Noguera.

A pesar de los múltiples pedidos de la comunidad de Miami para que se abriera un centro de votación en el sur de Florida, las autoridades venezolanas dispusieron en aquella oportunidad que debían sufragar en el consulado de Nueva Orleans.

En octubre Olavarría coordinó el viaje de cerca de 8.500 venezolanos hacia esa ciudad y ahora está dispuesta a hacer lo mismo si fuera necesario. Casi la totalidad de los votantes sufragó por el candidato de la oposición, Henrique Capriles.

En su mayoría los venezolanos que viven en Estados Unidos pertenecen a la clase media o media alta, son familias de empresarios o profesionales que llegaron después de que Chávez asumió el poder a comienzos de 1999.

Las autoridades venezolanas aún no han anunciado cuándo será la nueva votación presidencial pero el ex magistrado del Supremo Tribunal, Román Duque Corredor, explicó a la AP que la constitución establece que las elecciones pueden realizarse cualquier día hasta que venza el período de 30 días consecutivos contados a partir de la ausencia del Jefe de Estado, es decir el 5 de marzo.

El fallecimiento de Chávez generó múltiples interrogantes entre los exiliados venezolanos de Estados Unidos, que manifestaron un cauteloso optimismo sobre un posible cambio en su patria. Pero de algo estaban seguros: la inseguridad callejera y la situación política no cambiarán de inmediato.

Numerosos venezolanos entrevistados por la AP dijeron que permanecerían en Estados Unidos al menos un tiempo más hasta que se aclare quién será el próximo presidente y hasta que los índices de criminalidad mejoren. Algunos dijeron que regresarían si la situación mejora, pero otros aseguraron que ya tienen su vida aquí y no piensan volver salvo para ver a sus familiares o por vacaciones.

Alejandro Portes, profesor de Sociología de la Universidad de Princeton, explicó a la AP que «la comunidad (venezolana de Estados Unidos) está alerta, apoyando a la oposición de su país».

«Lo que va a suceder es que no es que todo el mundo va a regresar. Muchos volverán parcialmente. Mantendrán casas y negocios aquí y se mantendrán entre los dos entornos. Una minoría regresará para tomar parte de la contienda», dijo el experto en una entrevista telefónica.

Mariangela Garófalo es una de los inmigrantes venezolanos que no piensa regresar a vivir a su país. Hace 10 años que vive en Miami y «ni que cambie el gobierno» está en sus planes volver.

«Cada vez quiero ir menos, ya ni de vacaciones. Me da mucho miedo, sólo por la inseguridad», expresó Garófalo mientras desayunaba en un restaurante de esta ciudad aledaña a Miami donde vive una de las mayores comunidades de venezolanos del sur de Florida. «Sólo volvería de vacaciones, sólo si veo que baja la delincuencia», dijo la mujer, de 36 años.

Su compatriota Carlos García, en cambio, evaluaría regresar «si vuelve la seguridad», aunque no cree que sea un cambio que vaya a producirse en lo inmediato.

«El proceso de inseguridad va a seguir por mucho tiempo. Hasta que no haya desarrollo social, va a seguir», dijo el corredor de bienes raíces de 50 años que llegó a Miami hace 10 años debido a la inseguridad que sentía en su país.

Olavarría, quien es residente legal de Estados Unidos y planea regresar a su país en dos años, anticipó a la AP que junto con un grupo de inmigrantes venezolanos solicitará nuevamente a las autoridades de la nación sudamericana la apertura de un centro de votación en Miami y que le pedirán ayuda para conseguir su objetivo a las autoridades estadounidenses.

«Queremos que vote el 100 por ciento de la gente», dijo Olavarría y admitió que a diferencia de lo que sucedió para los comicios de octubre ahora cuenta con menos tiempo para organizar el operativo logístico de la votación y menos presupuesto para trasladar a la gente. No obstante, dijo, ya están trabajando para movilizar a decenas de voluntarios y para trasladar a los votantes en caravanas de vehículos y montar tiendas si fuera necesario.

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