Un ciudadano peruano acusado de no pagar la pensión de su hijo no pudo desplazarse a otra ciudad para asistir a una audiencia por el mal tiempo. Sin embargo, esto no fue óbice para el juez, que usa las redes sociales y la tecnología para resolver sus casos.
Las inundaciones en Paita, en el noroeste de Perú, impidieron que Gerardo Cuevas asistir a un juicio al que tenía que acudir en calidad de acusado por omisión a la asistencia familiar. Con todo, la Justicia tomó el camino tecnológico y dictó la sentencia a través de la red de mensajería WhatsApp.
Debido a los daños causados en la zona donde vive, el ya condenado, Gerardo Cuevas Rojas, no pudo desplazarse a Áncash, a unos 750 kilómetros de Paita, donde un juez de la Corte Superior de El Santa lo esperaba, reseña el Poder Judicial peruano.
Ante estas circunstancias, los funcionarios contactaron con Cuevas a través de una videollamada que se enlazó con una pantalla ubicada en la sala de audiencias, donde el juez Efer Díaz Uriarte se encontraba junto a los abogados.
Cuevas, quien tenía abierto un proceso por omisión a la asistencia familiar a su hijo, admitió su responsabilidad y aceptó pagar la suma de 6.713 soles (2.065 dólares) «por concepto de pensiones devengadas y reparación civil», recoge la nota del Poder Judicial.
El juez sentenció a Gerardo Cueva Rojas a un año de pena privativa de la libertad suspendida en su ejecución por el mismo período. Y lo hizo con un mensaje de Whatsapp.
A pesar de lo curiosa que resulta esta manera de administrar justicia, esa corte manifiesta que ha usado otras herramientas de comunicación como Skype y el chat de Facebook en otras audiencias con imputados y testigos.