Un directivo de Facebook recupera los grupos de venta de armas eliminados

A partir de enero, y tras las denuncias de sus usuarios, Facebook elimina o suspende los grupos en los que se venden armas de fuego. Desde entonces, Chuck Rossi, el director de Ingeniería de la red social —también es instructor certificado de la Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos y ha enseñado a disparar a cientos de sus colegas—, lidera de manera no oficial un colectivo secreto que reúne a cerca de mil administradores de esas páginas para que vuelvan a funcionar, informa ‘Forbes’.160428014517_promo_facebook_ganancias_640x360_getty_nocredit.jpg

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A principios de febrero, Rossi publicó un texto en ese grupo para «pedir perdón» por la manera en que «comenzó todo este lío» y agregó que estaba centrado «al 100 %» en que los grupos cumplieran «con la nueva política» y «volvieran a funcionar». Como ese era «su único propósito en la vida», había delegado funciones en sus equipos de trabajo para que le cubrieran mientras asumía ese «nuevo papel» y lograba su misión. Para finalizar, el directivo de Facebook señaló que «no estaba de acuerdo» con esa nueva normativa «asquerosa» y que todos los empleados de la red social estaban «fastidiados» por cómo se había comenzado a aplicar.

Sin darse cuenta, podría estár socavando los esfuerzos de Facebook para eliminar la venta de armas no reguladas

Se supone que Rossi ayuda a restaurar los grupos que conversan sobre armas de fuego y a que respeten las normas de uso de su empresa pero, sin darse cuenta, podría estár socavando los esfuerzos de Facebook para eliminar la venta de armas no regulada. Así, algunos de esos colectivos aún realizan transacciones encubiertas, mientras que varios han aprovechado la oportunidad y han pasado de ser privados —cualquiera puede buscar y solicitar acceso— a secretos, con lo cual quienes no son miembros tienen más difícil encontrar y, no digamos, acceder a los contenidos.

La revista indica que, en los últimos tres meses, cuatro de cada cinco grupos bloqueados han sido restaurados, han cambiado sus nombres para que no resulte tan evidente que se dedican a esa actividad y emplean un lenguaje cifrado para no referirse directamente a los precios.

En EE.UU. las personas poseen más de 300 millones de armas de fuego, con lo cual resulta casi imposible impedir su reventa, concluye la revista.

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