Tom Brady y Gisele Bundchen: esplendor y miserias

La imagen que quedará de la última Super Bowl seguramente sea la del beso entre Gisele Bundchen (36 años) y Tom Brady (39), con la hija de ambos en brazos de él. O si no, los saltos y los gritos de ella en el palco mientras el deportista protagonizaba una remontada histórica.

Por supuesto, nadie quiso recordar entonces lo que ocurrió en 2012, cuando todo fue al revés: los Patriots perdieron y Gisele se convirtió también en la protagonista… Aunque esa vez para mal, ya que una cámara la pilló quejándose y diciendo: «Mi marido no puede lanzar la p… pelota y cogerla al mismo tiempo». Un vídeo a traición que la convirtió en el blanco de todas las críticas y que a muchos les hizo recordar los comentarios sobre lo duro que resulta trabajar con ella. «Es muy difícil, está siempre gritando», contó a The New York Post en 2011 alguien que estuvo junto a la modelo en los desfiles de Victoria’s Secret.

Cita a ciegas

La pareja de moda se conoció en diciembre de 2006. Cuenta la leyenda que fue mediante una cita a ciegas. Quizá porque Gisele, poco antes, había explicado a los medios lo mucho que le gustaba él: «Es muy guapo, muy americano, pero si tiene novia es como si fuera gay para mí. Hay muchos hombres en el mundo como para ir detrás de uno que ya está comprometido».

Lo que no sabía es que Tom lo acababa de dejar con la actriz Bridget Moynahan, con la que había mantenido una relación de tres años. Y lo que entonces tampoco sabían ninguno de los tres es que Bridget estaba embarazada en el momento de la ruptura. «Fue difícil porque nos conocimos, salimos, todo fabuloso y luego ocurre eso. No sabía qué hacer. ¿Huía?», explicó Gisele.

Y no, aquí no huyó nadie: ni Tom, que estuvo junto a su ex el día que nació el pequeño y ejerce como padre, ni tampoco Gisele, que ha declarado sobre el niño: «Quiero tener una buena relación con su madre y a él le quiero como si fuera mío». John tiene ya nueve años y ambas, Gisele y Bridget, han coincidido viendo al chaval en algún partido de fútbol.

También parece quedar ahora muy lejos todo el escándalo en el que Brady y su equipo se vieron envueltos en 2015. Los Patriots utilizaban balones ligeramente desinflados para que resultara más fácil agarrarlos. La liga sancionó al equipo con una multa de un millón de dólares y a Brady con cuatro partidos sin jugar, algo que no llegó a cumplir.

La defensa de Trump

Entonces hubo alguien que salió en su defensa, un buen amigo con el que Tom suele jugar al golf: Donald Trump. «Es un chico muy honorable y honesto», dijo el hoy presidente de Estados Unidos. Y cuando el magnate empezó su carrera hacia la Casa Blanca, Brady quiso corresponderle y aseguró que sería «estupendo» que ocupara el Despacho Oval.

También se vio una gorra de apoyo al millonario en su taquilla, pero las críticas que recibió fueron tan fuertes, que no tardó en echarse atrás. Aseguró que sus declaraciones se habían sacado de contexto y que Gisele le había pedido que no volviera a hablar de política. Trump, una vez más, le disculpó: «Le dije que no me apoyara porque debe tener un patrocinador al que no le gusto, deben ser liberales o cualquier otra cosa, y no quiero que se involucre en este tema».

Ahora, la modelo le ha pedido que se retire. Hasta tres veces lo hizo en la Super Bowl y no es la primera vez. Él cumplirá 40 años en agosto y practica un deporte duro. Ella, además, dejó las pasarelas hace dos años y tienen la vida resuelta con un fortuna estimada en más de 500 millones de dólares. Brady, sin embargo, tiene las cosas claras: «Si fuera por mi mujer, ya me hubiese retirado. Pero me estoy divirtiendo mucho». Nadie lo cuestiona y vuelve a ser el héroe. No parece que Gisele vaya a salirse con la suya.

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