De un tiempo acá las parrillas de los noticiarios y las páginas de los periódicos difunden la imagen de una ciudad en estado de Emergencia, una ciudad que no es ajena a nuestros sentimientos, a nuestras emociones, pues es precisamente Santiago la ciudad marcada por brotes luctuosos, tantos, tan escabrosos y documentados que cuando sacas un pie de aquí, la pregunta obligada, la interrogante con que nos reciben es ¿qué está pasando en Santiago? De un tiempo acá, nuestros parques tienen verjas, salir a caminar o trotar en un espacio abierto es un riesgo con saldo trágico y la nota triste de un asalto agravado, un asesinato, un accidente de tránsito, nos han hurtado la alegría y el humor de las conversaciones cotidianas.
De un tiempo acá la Ciudad Corazón carga la pesada cruz de la inseguridad, del feminicidio, del “es mía o de nadie”, del mentiroso estribillo “la mató por amor”, del miedo a emprender, a seguir desarrollando mecanismos de producción. En fin, el miedo paraliza los latidos de la ciudad.
Como esa no es la ciudad que la gente de Santiago y el Cibao se merece, 62 instituciones de Santiago –por iniciativa de la Fundación Vanessa y la ACIS- firmaron una declaración de compromiso denominada “Santiago para la Seguridad”.
Se trata de una responsabilidad colectiva para lograr que la inseguridad y los altos índices de muertes violentas que afectan a todos los estamentos de la sociedad, deje ser la principal preocupación de los ciudadanos y las ciudadanas. A partir de este momento la ciudad que nos duele, suma una cantidad importante de celadores. Y cada quien es importante. Tú y yo podemos ser parte del cambio.
La declaración de compromiso Santiago para la Seguridad es el instrumento que regirá un conjunto de labores para que Santiago recobre sus alegres y armoniosas pulsaciones y el corazón de nuestros hogares recupere la seguridad en sus latidos. Es un documento firmado por muchas manos que es necesario hacer valer diariamente con la fortaleza de las acciones. ¡Adelante Santiago!