Según un estudio, las apps para perder peso no te ayudan a adelgazar

Una app transforma tu móvil en un radar de fantasmas y predice el día en que vas a morir. Te demuestra cómo se ata una corbata. Te muestra cómo tocar el piano, cómo sería tu cara con un corte de pelo asimétrico cinco tonos por encima del tuyo y cómo perder peso. Te enseña, te satura la pantalla con notificaciones sobre calorías y segundos por sentadillas, pero no aprendes. O no lo asimilas. Porque no funciona.

 

Según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association, las apps para perder peso no te ayudan a perder peso. No de manera notable. Tu fuerza de voluntad a secas es más efectiva.

 

A lo largo de dos años un grupo de investigadores de la Universidad de Pittsburgh analizó el proceso de adelgazamiento de 471 adultos. Durante los primeros seis meses los voluntarios formaron parte de un grupo de apoyo, se sometieron a una dieta hipocalórica y siguieron unas rutinas de ejercicio designadas por los organizadores. Para el año y medio restante, los participantes fueron divididos en dos: unos debían autocontrolar su régimen según las pautas establecidas en la web de los investigadores; los otros habían de rendir cuentas a una app. Cuando concluyeron los 24 meses de observación, el grupo de la app había perdido 3,5 kilos; el otro, una media de 5,9.

 

La investigación no aclara la razón del desequilibrio entre los resultados, pero algunos han apuntado a la falsa presión (¡Te están observando! ¡Estás siguiendo las reglas! ¡¿Qué más quiere esta sociedad de ti?! ¡Ya haces suficiente!) de la aplicación como culpables del sabotaje a la báscula. Como cuando usas champú en seco. Lo importante no es sólo aprobar. Hacerlo por los pelos sólo supone un éxito en casos de emergencia. Todo tiene consecuencias.

 

 

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