¿Se menciona América en la Biblia?

Rafael Baldayac

“América, América…todo un inmenso jardín esto es América. Cuando Dios hizo el Edén pensó en América”   Nino Bravo.

Hoy es el Día de las Américas,  celebración anual que tiene lugar el 14 de abril en todos los países del continente americano, como símbolo de su soberanía y de su unión voluntaria en una comunidad continental. Oficialmente comenzó en 1931.

Rafael Baldayac
Rafael Baldayac

Se eligió el 14 de abril por ser la fecha en que, mediante resolución de la Primera Conferencia Internacional Americana (abril de 1890), se crearon la Unión de las Repúblicas Americanas. Estas dieron paso a la Unión Panamericana y finalmente a la actual Organización de los Estados Americanos (OEA) en 1948.

Muchos historiadores, confirman  de que antiguamente este continente estaba unido al continente asiático por medio de una faja de tierra entre Alaska y Rusia a través de la cual, 12 mil años a.C., grupos asiáticos habrían emigrado hacia esta parte. Esa lengua de tierra que los geólogos llamaron Beringia, se encuentra hoy sumergida en el mar, formando el conocido estrecho de Bering.

Como el clima en esos tiempos era muy frío, al bajar tanto el nivel del mar, el estrecho de Bering habría quedado al descubierto y convertido en un territorio posible de ser habitado, como el norte de Asia.

Quizas por esa razon la palabra America no es citada en la Biblia, ni ningun otro libro sagrado. La controversia no ha concluido todavía, pero algo seguro es que los primeros pobladores de América provinieron del norte asiático.

Surgieron muchas teorías absurda. En los primeros años del siglo XVI comenzó a manifestarse la idea de que las tierras a las que había arribado Cristobal Colón no pertenecían al Asia, sino que eran parte de un nuevo continente del cual no se tenían noticias.

El principal problema para el pensamiento europeo de esa época era que en la Biblia y libros sagrados no se mencionaba ese continente ni a sus pobladores, que aparentemente eran humanos. Al principio se dijo que no eran hombres, sino que sólo lo parecían.

Pero esta aberrante afirmación se echó por tierra con la bula papal del 9 de junio de 1537 (45 años después de la llegada de Colon), en la cual se consideraba a los indios americanos como verdaderos hombres, racionales y dotados de alma.

Anteriormente el papa Alejandro VI había aprobado sin reservas la intención de los reyes de España de someter a los indígenas para convertirlos más fácilmente a la religión cristiana, como un acto de piedad religiosa.

Se afirma que antes y despues del Diluvio Universal, la superficie de los continentes era muy diferente de lo que es hoy. En las épocas que corresponden a la infancia de nuestro planeta, grandes modificaciones, pues los actuales océanos deben considerarse como antiguos continentes desmoronados, y una parte de los actuales, como restos de pasados océanos.

Según los geólogos esas  modificaciones son continua, debido a violentos movimientos sísmicos,  terremotos y fuegos subterráneos, psunami con ímpetu de las olas marinas, cambios en placas tectónicas,  montones de arena y cieno acumulados por el mar, que han levantado el suelo en unas partes y deprimido en otras.

El Hombre ha habitado el suelo americano cuando todavía no existían los pueblos más antiguos y adelantados de que se conserva memoria. La América no solamente fue conocida desde muchos siglos antes de la era cristiana, sino habitada desde los tiempos antediluvianos.

De acuerdo con la tradición hebreica esos habitantes antediluvianos perecerían en la catástrofe del Diluvio Universal, 1519 años antes de la era de Cristo, acontecimiento que originó la dispersión del linaje humano.

Si la repoblación de América ha tenido lugar más de cinco siglos después del Diluvio, es evidente, dicen los etnógrafos, que los nuevos habitantes de este continente emigraron del “Viejo Mundo”. Afirman que la costa occidental de la América del Sur fue habitada, en tiempos muy remotos, por una raza estrechamente emparentada con los primeros Babilonios.

Estos pueblos fueron colonizado por pueblos ibéricos, cuyas lenguas eran derivadas del latin de los antiguos romano, razón por la que somos llamados latinoamericanos.

Este es un continente bendecido por Dios.”Porque derramaré agua sobre la tierra sedienta, y torrentes sobre la tierra seca; derramaré mi Espíritu sobre tu posteridad, y mi bendición sobre tus descendientes” (Isaìas 44:3)