Se constituye el Parlamento catalán: particularidades, dudas y controversias

El agitado panorama político catalán enfrentará este miércoles uno de sus hitos más relevantes: la constitución del Parlamento tras los resultados de las elecciones del pasado 21 de diciembre, en las que el bloque de formaciones independentistas obtuvo mayoría en la Cámara, aun cuando el partido más votado fue Ciudadanos, que rechaza frontalmente la secesión de Cataluña. 

Por otra parte, la declaración unilateral de independencia, el pasado mes de octubre, desencadenó la reacción del Gobierno español, que aplicó, con la aprobación del Senado, el artículo 155 de la Constitución, lo que supuso el cese del Ejecutivo regional y la convocatoria de los mencionados comicios. En paralelo, varios líderes independentistas fueron encausados por los delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos, debido a su participación en el ‘procés’. 

Fruto de ello, ocho diputados que han ganado su escaño en las urnas se encuentran en situaciones que podrían dificultar su incorporación al Parlamento y el ejercicio allí de su derecho al voto. En concreto, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y cuatro de sus exconsejeros (Clara Ponsatí, Lluís Puig, Antoni Comín y Meritxell Serret) se encuentran desde el pasado 30 de octubre en Bruselas (Bélgica), adonde viajaron tres días después de que el Parlamento de Cataluña aprobara la citada declaración de independencia.

Por otra parte, el exvicepresidente Oriol Junqueras, el exconsejero de Interior Joaquim Forn y el expresidente de la organización independentista Assemblea Nacional Catalana (ANC) y actual número dos de Junts Per Cataluña (JuntsxCat), Jordi Sánchez, se encuentran en prisión. Este encarcelamiento es una medida cautelar impuesta por el Tribunal Supremo como parte de la causa en la que se les juzga por los ya citados delitos.

La constitución del nuevo ‘Parlament’

Así las cosas, la XII legislatura catalana arranca este miércoles con la constitución del nuevo Parlament, necesaria –entre otras cosas– para la investidura del presidente de la Generalitat y la formación de un nuevo Ejecutivo regional, con lo que se pondría fin la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

En esta sesión, los diputados electos tomarán posesión de su acta y jurarán el cargo. Es un trámite que nunca ha tenido especial relevancia hasta esta ocasión, en la que hay ocho representantes electos que, por los motivos mencionados, no acudirán personalmente al Parlamento. Además, a lo largo de la sesión tendrán lugar tres votaciones con urna, de las que saldrán elegidos el presidente del Parlamento, los dos vicepresidentes y los cuatro secretarios de la Mesa de la Cámara.

La importancia de estos siete puestos radica en que, finalmente, estas personas decidirán cómo se celebrará la futura sesión de investidura y, más en concreto, si el candidato presidenciable puede comparecer de forma telemática, como pretende hacer Carles Puigdemont desde Bruselas.

Con respecto a la delegación del voto de los ocho diputados encausados, la postura de los letrados de la Cámara, hecha pública a través de un informe al respecto, es que la decisión corresponde a la llamada ‘Mesa de Edad’ del Parlamento catalán.

Este órgano, encargado de conducir la constitución de la Cámara y con cuya formación da comienzo la sesión, está presidido por el parlamentario con más años, Ernest Maragall,  y por Gerard Gómez del Moral y Rut Ribas como parlamentarios más jóvenes. Se da la particularidad de que los tres son diputados de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Esta formación se ha limitado a declarar que quiere examinar con detalle los argumentos de los letrados para decidir qué posición adoptar.

El artículo 93 del reglamento solo permite delegar el voto por razones de baja de maternidad o paternidad, enfermedad o incapacidad permanente, y los letrados han recordado que la situación de los diputados encausados no se ajusta a ninguna de estas categorías.

¿Y después, que puede ocurrir?

El presidente del Parlament puede proponer candidato a la Presidencia de la Generalitat, tras reunirse con los miembros de los partidos con representación en la Cámara. Cuenta para ello con un plazo máximo de 10 días hábiles, por lo que la primera sesión del debate de investidura tendrá que ser el 31 de enero como muy tarde.

Un reciente acuerdo de gobierno entre JuntsxCat –la formación de Puigdemont– y ERC, formalizado en Bruselas por el propio Puigdemont y la número dos de ese último partido, Marta Rovira, permitirá configurar la Mesa del Parlament con mayoría independentista e iniciar una legislatura. El acuerdo contempla tratar de investir a Puigdemont como presidente autonómico.

La principal duda se cierne, pues, sobre la posibilidad de que Puigdemont sea investido presidente. Hay que tener en cuenta que pesa sobre él una orden de detención que se haría efectiva en cuanto regresara a España. 

Por ese motivo, JuntsxCat y ERC están interesados en que la investidura se lleve a cabo sin que sea necesaria la presencia física de Carles Puigdemont en la cámara. El asunto es controvertido desde varios puntos de vista. De momento, los letrados del Parlament ya se han pronunciado, rechazando que se le pueda investir por vía telemática, ya que consideran «imprescindible» la asistencia de los protagonistas al debate. El reglamento de la cámara, que no contempla este escenario, tampoco contiene indicaciones explícitas al respecto.

En todo caso, el Presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, ha anunciado ya que si en la sesión constitutiva de este miércoles en el Parlament se permite delegar el voto desde Bruselas al ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, el Ejecutivo recurrirá de inmediato esa decisión ante el Tribunal Constitucional.

¿Y en caso de empate?

El Parlament tiene 135 escaños, un numero impar pensado para evitar que haya empates. Sin embargo, si la Mesa de Edad no permite que los diputados encarcelados voten, el bloque independentista dispondría de 65 votos –JuntsxCat, ERC y la CUP–, exactamente los mismos que la suma del bloque constitucionalista –Ciudadanos, PSOE y PP– más los llamados ‘comunes’, es decir, Catalunya en Comú-Podem. 

En el improbable caso de que los ‘comunes’ sumaran sus votos al bloque constitucionalista y hubiera empate, ganaría el candidato del grupo que tenga más diputados, tal como establece el artículo 44 del reglamento de la Cámara. 

Por ello, si Catalunya en Comú-Podem apoyase para la presidencia de la Cámara al candidato de Ciudadanos, este podría obtener el puesto, al ser el grupo con más diputados.

No obstante, ‘los comunes’ ya han expresado su negativa a apoyar a ningún candidato de ese grupo, dejando así a ERC en posición de obtener la presidencia del Parlament, aun cuando solo cuente con los votos de las formaciones independentistas.

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