Santana Martínez: El narrador de béisbol más popular de la República Dominicana

Ramón Lora

Especial/Caribbean Digital

SANTIAGO, RD./ Cuando usted oye la frase “lo bailó con swing”, de inmediato la relaciona con “la espectacular narración” de Santana Martínez,un cronista deportivo de origen mocano que ha desarrollado una exquisita labor profesional en la ciudad de Santiago.

Periodista Santana Martínez. Foto de archivo.

Se trata de una narración apoyada en refranes, metáforas y en un argot deportivo muy sui géneris que resulta agradable a los receptores de las transmisiones de los partidos de Las Águilas Cibaeñas desde el estadio Cibao.

No es palabrería ni un soliloquio, tampoco un monólogo, es una narración muy profesional, pura, típica, descriptiva, precisa, bien animada, con buena dicción, buena entonación, divertida y entusiasta.

Por su afición ha logrado acuñar más de 20 frases que se han expandido como pólvora por todo el país y no es raro escucharlas en tertulias familiares y populares, ambientes periodísticos, centros educativos, pulperías, ventorrillos, autobuses, en calles y avenidas, salones de belleza y hasta en “guaguas voladoras”.

Y como se han propagado de boca en boca, los fanáticos las recitan espontáneamente a todo pulmón y tampoco es extraño escuchar a ciudadanos de todas las edades expresarse de la siguiente manera: “Lo bailó con swing”, (bateador que fue ponchado) o “que sazón que tiene orégano”  (cuando es difícil batearle a un lanzador aguilucho)

Asimismo, “un romance con el cielo” (batazo elevado que será capturado con facilidad); “una brasa” (batazo incogible por el cuadro) y “fuera rasos que llegaron los generales” (entrada a juego de los estelares).

De la misma manera, “atájenlo que me debe” (cuando el equipo contrario al mamey está perdiendo y sus fanáticos comienzan a marcharse del estadio a partir del séptimo episodio) y “reeecojan que ganaron Las Águilas, (triunfo de Las Águilas en el estadio Cibao).

Para referirse a los cuadrangulares, utiliza los vocablos “que golpe”, “voló la cerca” y “la puso amarillita” y para los ponches “pase bueeena” y “lo bailó con swing”.

Cuando un bateador está en tres y dos, “con uno me voy y con una me quedo; para el lanzamiento adentro “pegao sólo si es bolero” y cuando el bateador está en dos strikes  sin bolas “Lo tiene en el hoyo, sabrá nadar”. Si el batazo es por el cuadro y es out fácil, “se fue con conteo de pre-primaria, uno, dos y tres” y si batea fuerte de hit “comió a la carta”.

Estas expresiones han penetrado tanto en el gusto del público, que los fanáticos tienen sus preferidas, pero nadie duda que las frases “lo bailó con swing” y “tiene mieo” son las más populares, ésta última, alude una situación tensa dentro del partido.

Y como dice un periodista amigo, considerado sabihondo, la narración de Santana sirve hasta para inducir al sueño, pues, como la mayoría de los partidos son nocturnos, los receptores ya están relajados a la hora de dormir, es decir, es una buena terapia.

Además, con esta forma de decir las cosas, ha creado un estilo narrativo muy particular que le ha permitido penetrar a la preferencia de los fanáticos aguiluchos y no aguiluchos que escuchan su narración.

Santana Martínez ha tenido la destreza de convertir la narración en un espectáculo. Cuando narra, en el estado Cibao se desarrollan dos espectáculos de manera simultánea: El de los peloteros en el terreno de juego y el suyo por radio o por televisión.

Es un estilo muy especial, porque jamás en nuestro país un narrador había logrado tanta popularidad diciendo cosas reales y serias con un estilo jocoso.

Las Águilas Cibaeñas, sus patrocinadores ni Santana Martínez, se imaginan los aportes de esta modalidad a la pelota invernal dominicana, los cuales se manifiestan en una mayor asistencia al Estadio Cibao y más sintonía por radio y televisión.

Sólo falta que comience la temporada de béisbol el 14 de octubre, para que Santana Martínez retorne con su repertorio de frases y vuelva a decir: “Reeecojan que ganaron Las Águilas”. Esto, para alegría y orgullo de los aguiluchos.