Salvando a Miss Campos

«Para mí, María es todo. Somos confidentes, y juntas superamos los peores momentos. Es una persona buenísima que se merece lo mejor. Y me cuida mucho». Las palabras de María Teresa en el reality Las Campos fueron premonitorias, porque fue María la primera en percatarse de que algo grave le estaba pasando. Fue la campaña contra el ictus, que María Teresa protagonizó en Mediaset –la premiada 12 meses, 12 causas–, la que la salvó. Campos les debe la vida a María y a Gustavo, como reconoció emocionada al recibir el alta.

Tras el ataque, con las molestias en el ojo y un fuerte dolor de cabeza, María Teresa se quedó tumbada, durmiendo a la espera de que se le pasara. María llamó a Gustavo. Él pensó que estaba cansada, así que su primera reacción fue decirle que la dejara descansar, pero María insistió: «¡Quiero que la veas!». La despertaron y fue ese momento cuando Gustavo tuvo conciencia de lo que acababa de suceder. Llamó a la doctora Rocío Ruiz, le comunicó los síntomas –los mismos que había aprendido en la grabación de la campaña– y esta le hizo saber que debía llevarla de inmediato a urgencias.

Gustavo, que siempre conduce con cuidado, pisó el acelerador. Sabía que el margen de maniobra era corta: las tres horas inmediatamente posteriores al accidente cerebrovascular eran vitales, así que esquivó como pudo sus preguntas sobre las razones que le hacían ir tan deprisa. El resto es ya historia…

María

Tras una aparición en el primer programa de Las Campos, María se convirtió en protagonista de la noche en las redes sociales: «A mí nadie me obliga a llamar ‘señora’ a la persona para quien trabajo. Es la crianza que he recibido, llamar ‘señora’ a todas las personas mayores que yo», aclaró emocionada. Definió a María Teresa con palabras cariñosas: «Es una amiga con la que hablo de lo bueno y de lo malo que me pasa. Y yo la escucho a ella. Le estoy agradecida por muchas cosas». Son muchos años al servicio de mamá Campos, tiempo en que la relación ha permitido que ambas tengan mucha complicidad. Como dato simpático, María no se gustó en el ‘reality’: «Me vi demasiado seria y callada».

Unos episodios más tarde, la peruana le recordaba que le había prometido un regalo: el traje de novia para su hija. «A mí me gusta uno de los que tiene ahí guardado», le confesaba con una sonrisa. La asistenta le señalaba un vestido que la Campos había llevado en una gala de los micrófonos de Oro, con Luis del Olmo. «Es precioso. Muy buena elección…», reconocía antes de regalárselo. La boda de la hija de María en Perú y una operación de vesícula causaron su baja en la segunda temporada del ‘reality’. Tras recibir el alta y regresar a casa, María Teresa sabe que la espera una mujer que estará pendiente de ella. No como una asistenta sino como una verdadera amiga.

Gustavo

En la primera temporada del reality, Gustavo aparecía de espaldas o con el rostro pixelado. No fue hasta la segunda entrega cuando los espectadores pusieron rostro al hombre que acompaña a María Teresa a todas partes. La recoge en casa y la lleva a Telecinco, de compras…

Gustavo es un hombre discreto y siempre atento. No es un chófer, es mucho más: realiza los encargos más personales y se encarga de protegerla del agobio que supone en ocasiones verse rodeada de una multitud que se acerca a saludarla. La Campos padece una mezcla de claustrofobia (miedo a los espacios cerrados) y enoclofobia (miedo a las multitudes), y su mayor temor es quedarse atrapada en las aglomeraciones. Gustavo se encarga de facilitarle esos desplazamientos que tanto la atemorizan.

Gustavo trabaja para ella desde hace 29 años, cuando ella reinaba en TVE desde su trono de Esta es su casa, en Prado del Rey. Empezó a los 18 años, toda una vida. Como sucede con María, el cariño y la complicidad son para este madrileño mucho más importantes que la cuestión profesional. Es como su segunda madre: la confianza es tal que, en caso de acabar de trabajar tarde, se queda a dormir.

Considera que hizo lo que habría hecho cualquiera en su situación, si bien es cierto que supo distinguir entre un ataque de ansiedad, como algunos en casa pensaron en un primer momento, del ictus. No se pone medallas, al contrario, considera que fue la insistencia de María la que permitió contar con un final feliz. ♥

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