Sacerdote pide fortalecer vigilancia en fronteras para garantizar seguridad

JOSÉ ALFREDO ESPINAL

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SANTIAGO.- Las autoridades dominicanas deben fortalecer la vigilancia de las fronteras y tomar todas las medidas que sean necesarias para garantizar la seguridad del derecho al libre tránsito de todo ciudadano por el territorio nacional, para evitar ser sorprendidos por desaprensivos haitianos como ocurrió con el cardiólogo Pedro Ureña, el pasado fin de semana.

Al referirse al hecho, el sacerdote Rafael Cruz Castellanos,  miembro de la Pastoral Familia y Vida del Arzobispado de esta ciudad, dijo que el Estado dominicano, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y los organismos de seguridad, debe velar por la seguridad, para que los dominicanos puedan andar sin ningún temor.

“Creo que se deben fortalecer las fronteras y tomar las medidas de lugar como debe de ser”, afirmó el religioso.

El sacerdote Rafael Cruz Castellanos, habló en esos términos durante una rueda de prensa para anunciar la marcha “Un paso por mi familia”, con motivo de fomentar el restablecimiento de los valores humanos y cristianos en la sociedad.

La iniciativa es impulsada por la Comisión Arquidiócesis de Pastoral Familiar y será llevada a cabo el próximo domingo 18 de este mes, saliendo desde la Catedral Santiago Apóstol El Mayor, a las 8:00 de la mañana hasta el Parque Centra.

Según el padre Cruz Castellanos, con “Un paso por mi familia”, la Iglesia Católica defiende su lucha por las dos vidas, la madre y el bebé y reitera su oposición a la práctica del aborto.

La actividad concluirá a las 10:00 de la mañana con la celebración de la eucaristía, la cual será presidida por el arzobispo Freddy Antonio Bretón, según informó  el sacerdote vicario adjunto Rafael Ariel López.

Castigan a la víctima,  no al criminal

El sacerdote Rafael Cruz Castellanos dijo que los niños que nacen con algún problema o producto de una violación tienen también el derecho a la vida y criticó el hecho de que cuando una mujer es violada se quiera castigar al bebé por medio del aborto, mientras el criminal se pasea por las calles sin el castigo de la justicia.