José Alfredo Espinal
Caribbean Digital
SANTIAGO, RD.- Los guatemaltecos se hacen respetar. Allí si es verdad que hay un congreso que funciona, que no es un sello a merced del Poder Ejecutivo.
El Congreso cumplió con sus funciones al retirarle la inmunidad al presidente Otto Pérez Molina.
Pérez Molina, la Vicepresidenta Roxanna Baldetti, y altos funcionarios del Gobierno están vinculados a una red de corrupción, acusados de defraudar al fisco por varios millones de dólares.
En República Dominicana, en cambio, hay acusaciones serias contra expresidentes, legisladores y funcionarios y ex funcionarios del gobierno, sin embargo, la justicia se inhibe y en el peor de los casos archiva los expedientes de corrupción.
Nunca podrá la justicia funcionar en el Estado dominicano, cuando los llamados a aplicarla, están sometidos a los intereses de los políticos y de particulares, que históricamente han vivido protegido por las propias autoridades, a pesar de asaltar los fondos públicos.
En Guatemala la situación es diferente. No solo sometieron y enviaron a la cárcel a su Vicepresidenta, sino que va por el mismo camino el propio Presidente de la República. Sus instituciones si funcionan. Una justicia independiente y unos legisladores que no le tiembla el pulso para quitarle la inmunidad a un jefe de Estado.
República Dominicana tiene un Congreso y legisladores desviados de su deber como defensores del pueblo.
Revisémonos como país y aprendamos un chin de cómo funcionan las instituciones judiciales y legislativas en Guatemala.