¿Quién es Nicolás Maduro, el inminente sucesor de Hugo Chávez?

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CARACAS. AFP. El canciller y vicepresidente venezolano, Nicolás Maduro, designado por el mandatario Hugo Chávez como su posible sucesor, es un exconductor de autobús y sindicalista que se ha situado en primera línea del chavismo con su fama de moderado y pragmático.

Nicolás Maduro

El mismo Chávez consideró el sábado por la noche, al pedir a los venezolanos que si él quedara «inhabilitado» para gobernar, que eligieran presidente a Maduro, de 50 años, porque es «un revolucionario a carta cabal» y «un hombre con mucha experiencia a pesar de su juventud».

Es «uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad» para dirigir el destino de Venezuela «con su mano firme, con su mirada, con su corazón de hombre del pueblo, con su don de gentes (…), con el reconocimiento internacional que se ha ganado», aseguró el mandatario.

Vicepresidente. Maduro fue nombrado vicepresidente tras la reelección de Chávez el pasado siete de octubre y ratificado al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores, cargo que ocupa desde mediados de 2006, poco antes de que el mandatario fuera reelegido en la Presidencia para su segundo mandato de seis años.

Previamente, este exconductor de autobús y dirigente sindical del Metro de Caracas, de trato amable, había sido presidente de la Asamblea Nacional (2005-2006), aunque su actividad parlamentaria arrancó como diputado en 1999, elegido por el Movimiento Quinta República (MVR) fundado por Chávez. Sus destinos se habían cruzado anteriormente en el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), también fundado por Chávez y con el que el presidente lideró un fallido golpe de estado en 1992 contra Carlos Andrés Pérez.

«Miren dónde va Nicolás, el autobusero Nicolás. Era chófer de autobús en el metro, y cómo se han burlado de él», dijo Chávez al nombrarlo en el nuevo cargo. Al inicio de la crisis de salud del presidente en 2011, que lo mantuvo alejado de la vida pública durante casi un mes, a Maduro le tocó anunciar que Chávez había sido operado de un «absceso pélvico», y luego lo visitó frecuentemente en La Habana durante sus tratamientos médicos.

El viernes, Chávez regresó de La Habana, donde se sometió a un tratamiento de oxigenación hiperbárica y a nuevos exámenes médicos, y lo hizo acompañado de Maduro, que apareció bajando las escalinatas del avión tras el mandatario, un gesto que algunos analistas leyeron en clave sucesoria.

Cercano a Chávez. Maduro es considerado del ala moderada del círculo más próximo al presidente venezolano, a diferencia de otros estrechos colaboradores como Diosdado Cabello, el otro nombre que sonaba con fuerza, un exmilitar que participó en el fallido golpe de Estado de 1992 y actualmente se desempeña como presidente de la Asamblea Nacional.

Varios analistas destacan el tono conciliador de Maduro y su gran capacidad de influir y de negociar entre las distintas facciones de la coalición oficialista.

«No es ruidoso verbalmente» y «pareciera ser una persona, con la naturaleza de canciller, dispuesta al diálogo», opina el politólogo Ricardo Sucre. «Además es la opción de los (líderes cubanos Fidel y Raúl) Castro», agrega este profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

De la misma opinión es la historiadora Margarita López Maya, quien destaca «la fidelidad» de este político de físico portentoso y bigote negro, que se ha posicionado como «el mejor vocero» internacional del gobierno de Chávez.

Como canciller, Maduro adoptó al pie de la letra el discurso «antiimperialista» del presidente, hostil a Estados Unidos, así como la defensa de los regímenes de Siria o del fallecido líder libio Muamar Gadafi. Maduro llevó adelante los procesos de integración regional impulsados por Chávez en los últimos años, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), y la integración de Venezuela al Mercosur, así como las negociaciones con los nuevos socios político-económicos de Venezuela, como China y Rusia.

En los últimos meses, durante la convalecencia de Chávez, el canciller, unido sentimentalmente a la procuradora general de la República Cilia Flores, adoptó un papel más protagónico en la diplomacia venezolana, reemplazándolo en citas internacionales, como la Cumbre de las Américas celebrada en Cartagena (Colombia) en abril.