Principal estratega de la Casa Blanca: En un descuido, China nos gana la guerra económica

Washington se encuentra en plena guerra económica con Pekín. Y no es de descartar que eso podría acabar para EE.UU. en una derrota de la cual no sería capaz de recuperarse. Así lo afirmó Stephen Bannon, alto consejero y jefe de estrategia del presidente estadounidense Donald Trump.

«Estamos en guerra económica con China», aseveró Bannon. «Ellos no se avergüenzan de decir lo que están haciendo. Uno de los dos asumirá la hegemonía en 25 o 30 años, y si seguimos por este camino, van a ser ellos«, aseveró el estratega en una entrevista con la revista ‘The American Prospect’.

Stephen Bannon, jefe de estrategia de la Casa Blanca
Si seguimos perdiendo [la guerra económica], estaremos a cinco años de distancia, diez como máximo, de nunca poder recuperarnos

Stephen Bannon, jefe de estrategia de la Casa Blanca

Aquel a quienes algunos llaman ‘el verdadero amo de la Casa Blanca’ dejó claro que, para él, la guerra económica con Beijing «lo es todo». «Tenemos que estar maníacamente enfocados en ella. Si seguimos perdiéndola, estaremos a cinco años de distancia, diez años como máximo, de llegar a un punto de inflexión del que nunca podremos recuperarnos», advirtió Bannon.

Plan de ataque

Tras haber llegado a la conclusión de que los chinos «nos están aplastando», el consejero presidencial y su equipo en la Casa Blanca decidieron entrar de lleno en la batalla. Para esto, elaboraron un plan de ataque contra Beijing, que incluye denuncias contra la ‘coerción’ china en materia de transferencia de tecnología de compañías estadounidenses, así como contra otras prácticas comerciales chinas como el ‘dumping’ (precios más bajos en los productos de exportación que en el mercado interno).

A inicios de semana, Trump autorizó una investigación contra China por supuestos casos de robo de propiedad intelectual. De esta forma, el mandatario dio luz verde a Robert Lighthizer, representante comercial estadounidense, para que investigue supuestos casos de coerción por parte de ese país, que condiciona las operaciones locales de compañías extranjeras a la formación de negocios conjuntos con empresas nacionales.

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