Por Eugenio Taveras
SANTIAGO, RD.- Leí un comentario hecho a uno de mis escritos por una matera radicada en el país de los “SUEÑOS”, no debo poner aquí EEUU, pero carajo, se me escapó, donde ella me sugiere leer Apocalipsis 13:11 al 18 y me señala que en esos 8 versículos habla sobre los acontecimientos sucedidos y por venir.
Esos versículos hacen referencia de una Bestia o 666, representada por la Primera Potencia como la protagonista principal, y justifica por qué los narizudos del Norte, como suelo llamarlos, llegaron al lugar preponderante donde se encuentran y el papel que jugarán en la destrucción inminente de la humanidad que, por cierto, (¡BIENVENIDA SEA!); porque si lo predice la Biblia y nosotros estamos atados a esos presagios, que llegue cuanto antes, debido a que se está haciendo inaguantable la vida en el Planeta Tierra, a menos que todos, hagamos algo para impedirlo y no se ve ninguna luz al final del túnel que señale lo contrario.
Lamentablemente, la Biblia ha sido un millón veces reescrita e interpretada a la manera que le convenga al grupo religioso que la tiene en sus manos; por lo tanto, no podemos apoyar las atrocidades que está cometiendo EEUU junto a las demás potencias, porque esas salvajadas volverán como un bumerang y serán pagadas con creces en los próximos e incontables eventos que las profecías han pronosticado.
Por otra parte, todos los dominicanos, porque no nací ni he ido a otro país, por vergüenza, deberíamos negarnos a sintonizar las cadenas Telemundo, CNN en Español y Univisión, debido a que para ellos y para todos los que persiguen el “SUEÑO” perdido en el espejismo de mentes confundidas en riquezas por venir, Estados Unidos es la niña bonita del Globo que me tocó vivir ese microscópico espacio que separa el nacimiento de la muerte, cuando la realidad es que son el monstruo más peligroso desde que decidieron, hace décadas, buscar riquezas en territorios ajenos para cumplir con las bondades «entrecomillas» que ofrecen a sus ciudadanos, los cuales, valiéndose de su poderío militar han cometido las mayores masacres nunca conocidas en la historia, que es mucho decir, no sin dejar de recordar uno de los grandes genocidios y que ocupa los primeros lugares de crímenes en mazas protagonizados por la Iglesia Católica: la Santa Inquisición.