¿Por qué no usamos los sensores de los coches para conocer el estado de las carreteras?

Nuestros automóviles son cada día más inteligentes, tienen mejores sensores, herramientas y dispositivos y son capaces de hacer cosas como identificar peatones mejor que nosotros. Pero permanecen casi ciegos ante algo fundamental: el estado real de la calzada.

Por decirlo suavemente, nuestros coches no tienen ni idea de cómo está la carretera. Hasta ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Málaga han desarrollado un sistema para detectar a tiempo real el estado de la carretera utilizando los propios sensores de los vehículos.

Conocer el suelo que pisamos

¿Es posible usar los sensores que los vehículos ya tienen incorporan (el sensor del ABS, los sensores de ESP, los acelerómetros o el sensor de giro de volante) para obtener información no sólo sobre el vehículo sino también sobre la carretera? Según un equipo coordinado por los investigadores Juan Jesús Castillo y Juan Antonio Cabrera de la UMA, rotundamente sí.

En diciembre, publicaron un trabajo en la revista Sensors en el que presentaban un algoritmo que, usando lógica difusa y redes neuronales, permite estimar el deslizamiento y el coeficiente de fricción de la calzada y, con ello, el estado de la calzada (y el deslizamiento óptimo en la superficie en la que el coche se está moviendo).

Estos datos son de mucha utilidad para los actuales dispositivos de seguridad activa (ABS, ESP, faros direccionales automáticos). Con información a tiempo real sobre el estado de la carretera, estos mecanismos podrían funcionar muchísimo mejor al adaptarse como un guante a las condiciones reales de la conducción. Y todo ello sin costes adicionales.

¿Y si usamos esto a gran escala?

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Esto sólo si nos quedamos en sus aplicaciones inmediatas: este algoritmo podría suponer un paso más en la capacidad de los coches autónomos para controlar el entorno, conducir en condiciones de lluvia, nieve o hielo y reaccionar de forma mucho más rápida y orgánica ante situaciones inesperadas.

Dando un paso más allá, cuando en pocos años la mayoría del parque automovilístico esté conectado a la red, tendremos casi 30 millones de revisores circulando por España todos los días y enviando información a tiempo real sobre cual es el estado real de las calzadas. No es difícil imaginar el impacto económico y médico de esta información bien gestionada. Cada vez está más claro que el transporte por carretera va a cambiar para siempre.

Vía | SINC
Imágenes | Jesse! S?

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