José Alfredo Espinal
Caribbean Digital
SANTIAGO, RD.- Son muchas las razones por las cuales reconozco que Dios existe, son muchas las razones por las cuales creo en Dios y en su misericordia.
El Señor Jesús me ha bendecido grandemente y me ha liberado de muchísimos males. Él ha sido misericordioso conmigo, a pesar de que no lo merezco, a pesar de mis constantes errores.
Dios me ha hecho entender que mi vida tiene sentido. Su amor infinito conmigo cultiva en mi cada día, para que cambie como persona y sea un mejor ser humano.
Creo en Dios porque, a través de su hijo Jesucristo, me ha enseñado a ser diferente, como esposo, como padre, como hermano, como amigo. Pude haber sido mejor hijo si le hubiera conocido antes del fallecimiento de mis padres, aunque aún estaba pequeño de edad.
Creo en Dios porque no es un mito. Le creo porque Él es real, porque significa la Verdad y la Vida. Le creo porque me ha prometido que siempre estará conmigo.
Me honra en servirle al Altísimo. Adorarle y reconocer que es mi Salvador y mi Señor me fortalece cada día de mi vida. Lo divulgo públicamente de que Jesús es mi único Dios porque soy testigo de su grandeza.
Él me sacó del hoyo. Él me ha librado del mundo. Me ha enseñado a amar de verdad a mi esposa, a mis hijos, a mis amigos y a mis enemigos. No guardar rencores, ni odio.
En definitiva, Dios ha cambiado mi vida. Eso no tiene precio, por lo que le imploro que me permita seguirle siempre, hasta el final de mis días. Amén.