Por las Águilas Cibaeñas en este momento

Por: Ramón Antonio Veras
 
1.- Los deportes que, como el béisbol, se juegan basándose en una reunión de personas, para tener resultados exitosos requieren la fusión de voluntades en la ejecución de cada función. Además, la brigada debe estar bien dirigida, sacándole el dirigente lo mejor que pueda aportar cada jugador.
 
2.- Dirigir es orientar, canalizar hacia cierto objetivo. El que conduce está en la obligación de gobernar a los que hacen de sus subordinados. El que administra, profesionalmente está en el deber de conocer lo que más rendimiento puede sacar de cada miembro de su equipo.
 
3.- En el conjunto Águilas Cibaeñas, hasta ahora, en la presente temporada ningún dirigente ha sacado lo mejor de cada uno de sus jugadores, y una prueba de esto es que, aunque la mayoría son jóvenes, con ellos no se hacen jugadas de toque, corrido y bateo ni squeeze play. Luce un grupo de muchachos con discapacidad motora.
 
4.- El dirigente de un equipo de béisbol debe saber que la rapidez forma parte importante en el juego del bate y la pelota. La aceleración de las piernas, la precipitación en el movimiento de las extremidades inferiores hace posible la ligereza, la prontitud para alcanzar las bases y, en ocasiones, desconcertar, hacer perder la concentración al adversario. De seguro que en el equipo aguilucho no solamente Yefri Pérez es veloz; otros más pueden accionar presurosos.
 
5.- Con respecto al picheo, los lanzadores abridores, intermedios y cerradores, en general, no han cumplido con su misión. El promedio de efectividad les identifica, a cada uno, con poco rendimiento para Las Águilas.
 
6.- Por ser el béisbol un juego de sumar, no basta con que uno sea buen bateador; lo que importa es la combinación, el enlace en el bateo de uno y otro, con el fin de con la sincronización traer carreras a la goma. El empalme ofensivo colectivo hace carreras, no el individual. El colectivismo se impone; ningún jugador debe hacer su trabajo para satisfacción personal, sino para el equipo.
 
7.- Al momento de escribir estas líneas, es mi creencia que de los seis equipos del campeonato 2018-2019, el de menor vigor, el más débil, es el de las Águilas Cibaeñas, y de continuar como hasta ahora, veo confusa su clasificación.
 
8.- Para competir con posibilidad de victoria, las Águilas Cibaeñas, necesitan armarse de picheo abridor, fortalecer la parte intermedia, y contar con un cerrador confiable. En la ofensiva hay que procurar otro bateador de contacto, además de Zoilo Almonte.
 
 9.- El último enfrentamiento de las Águilas ante las Estrellas Orientales, lo ganamos por una cuestión de suerte, pero el encadenamiento de sucesos fortuitos no ocurren a cada momento. No podemos participar al azar, sino hacer depender el triunfo de nuestras propias fuerzas, de la capacidad de acción del dirigente y el trabajo colectivo de los jugadores, de cuyo grupo debe salir uno que haga el papel de líder en el dugout y en el terreno de juego.
 
10.- El cabecilla en el equipo hace de guía, motoriza a sus compañeros para que todos compenetrados hagan de héroes en cada juego. Las águilas Cibaeñas precisan de un jugador que motive a los demás.
 
11.- Por último, en la coyuntura que se encuentra el equipo Águilas Cibaeñas actualmente, es oportuno hacer la observación que el béisbol rentado necesita el concurso de todos aquellos que intervienen en el negocio, sin importar que sea en la oficina o en el terreno, por lo que aunque cada quien mantenga y defienda sus posiciones e intereses, por el bien del equipo y el respeto a los fanáticos, se impone poner a un lado caprichos y ambiciones, y contribuir a que en la administración reine la armonía y depongan enconos que en nada provechoso contribuyen al éxito.