Por la salud de César Medina

José Alfredo Espinal

Caribbean Digital

SANTIAGO.-  El periodista César Medina no es santo de devoción de mucha gente, quizás por sus posiciones políticas y su estilo controversial cuando se trata de defender su criterio personal, aunque con sus comentarios les haga ronchas a otros.

El comunicador y vicecanciller de la República Dominicana ha sido diagnosticado con un adenocarcinoma en la zona hepática –un tumor canceroso localizado en el hígado–, que ha llegado a afectarle la vía respiratoria mediante nódulos en el pulmón derecho, según lo ha manifestado públicamente.

Medina ha pedido la oración de sus familiares, amigos y toda la sociedad dominicana, lo que demuestra que desea recuperarse de esta terrible enfermedad que padece.

Al señor César Medina, a quien no tengo el privilegio de conocer personalmente, hoy  hay mucha gente que pudiera estar maquinando que su enfermedad es parte del castigo por su aguerrido estilo de ejercer el periodismo y sus posiciones controversiales ante los acontecimientos socio-políticos del país.

Son muchas las razones por las que sus adversarios en los medios de comunicación y en la política estarían justificando el padecimiento del reconocido comunicador.

Sin embargo, permítanme decirles que nadie en este mundo tiene el derecho de prohibirle al señor César Medina la posibilidad de recuperarse.  Con él podemos tener todas las diferencias del mundo, independientemente de sus posiciones en su vida profesional y privada.

Nadie, absolutamente nadie puede negarle a César Medina que es un periodista brillante. Podrá, como todos los seres humanos cometer errores, meter la pata y quien sabe cuántas cosas negativas pudiera haber hecho, pero ninguno de nosotros puede albergar el derecho de juzgarlo y condenarlo por la enfermedad que padece.

César Medina sufre de un mal que ni al más férreo de nuestros enemigos quisiéramos desear. La enfermedad de este profesional del periodismo la he vivido personalmente con la muerte de mi madre hace 24 años.

Mi vieja falleció de cáncer de Mama. Su dolor lo sentí como si la enfermedad afectara mi propio cuerpo. Es muy probable que así estén sufriendo los familiares y amigos íntimos del reconocido comunicador.

Abracemos la enfermedad de César para implorarle al Altísimo que tenga misericordia de él y, que así como levantó a Lázaro de los sepulcros, haga lo mismo con César Medina para que se recupere del cáncer que padece.

César, muchos podrán hacer leña del árbol caído, es cierto, sin embargo, recuerda que hay otros como quien suscribe que aunque nunca ha estrechado su mano, desea de todo corazón que puedas recuperarse y rehacer su vida.

Sólo Dios tiene la decisión sobre su vida. Su poder de sanación y su misericordia es infinito. Ahí deberá descansar su fe. ¡Bendiciones!