Oportunidad (3 de 3)

El sistema de partidos toca fondo, el país paga un precio demasiado alto por la corrupción. Ni bien intencionados controles administrativos ni persecución eficiente la contendrán nunca si ésta no es abordada en su raigambre: el clientelismo. En este sentido, la ley de partidos plantea una oportunidad para asentar marcos institucionales que contrarresten el insostenible intercambio mercantil que es la política criolla y fomente una clase política decente. En lo específico a las primarias, “abiertas” contribuirían a un mayor desorden y degradación de las organizaciones, asentarían más clientelismo. Sirva esta dolorosa crisis de corrupción, teñida de sangre, como oportunidad para impulsar la transformación de la clase política. Como partido en el poder, el PLD tiene la responsabilidad histórica de apuntalar el cambio.

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