Nuevos damnificados

Servicios/Caribbean Digital

Las condiciones de vulnerabilidad en las que viven miles de familias dominicanas agrava la situación de los más pobres, cuando llegan fenómenos naturales.

Los siguientes datos ofrecidos por el COE sobre las consecuencias de los lluvias caídas en los últimos días de abril nos hablan de una realidad que merece atención inmediata. Más de 17 mil despla­zados, tres mil viviendas afectadas, 75 comunidades incomunicadas, carreteras, puentes y acueductos destruidos.

El saldo es de calamidad, sobre todo para algunos pue­blos como San Cristóbal, Barahona, y los habitantes del Bajo Yuna.

Ante esta nueva situación, se hace urgente la asistencia oportuna de los sectores público y privado. Frente al desborde de los ríos, que se multiplique la solidaridad. Todos podemos aportar.

Esperamos que los nuevos damnificados no corran la misma suerte de otros que han sufrido catástrofes similares y llevan años aguardando la ayuda que cambie su calamidad en días luminosos para siempre.

Que el olvido y la indiferencia frente al dolor ajeno no se conviertan en una rutina y un estilo de acción en quienes tienen en sus manos la solución de un problema que afecta a tantos dominicanos que lo han perdido todo de la noche a la mañana.

Monseñor José Grullón está feliz

Cuando uno ve que nuestros hombres y mujeres del campo se encuentran con la dignidad que otros le han secuestrado, sale del alma un agradecimiento profundo hacia quienes aportan para ver la sonrisa en los rostros de quienes van saliendo de la marginalidad que destruye su existencia. Es el caso de Monseñor José Grullón, quien junto a un equipo dinámico que le acompaña, va haciendo camino al andar con los más olvidados de la Diócesis de San Juan de la Maguana.