Monchy, ¡manos a la obra!

Por José Reyes Martínez

 Especial/Caribbean Digital

SANTIAGO, RD./ Tras ser posesionado en el cargo de administrador general de los Comedores Económicos del Estado,  por  el ministro administrativo dela Presidencia, licenciado José  Ramón Peralta, el alto dirigente del PLD, Ramón R. Rodríguez (Monchy), dijo que tiene el desafío de realizar un  trabajo social a la altura de lo que espera el país de los nuevos funcionarios.

Monchy Rodríguez recibe las felicitaciones, al ser posesionado en Comedores Económicos. Archivo.

Porque conocemos la capacidad de trabajo y la sensibilidad social de Monchy, un dirigente del PLD que se formó en las mismas concepciones humanísticas y políticas de Juan Bosch, de seguro que su su gestión en los Comedores Económicos tendrán un impacto positivo en las políticas sociales trazadas por el presidente Danilo Medina.

Rodríguez, quien reconoció el trabajo del saliente director Nicolás Calderón, ha asimilado el enfoque humano y social del presidente Medina, y tiene la conciencia clara respecto al conjunto de los programas de alimentación, salud, educación, viviendas, agua potable y seguridad ciudadana, que busca desarrollar el nuevo gobierno a favor de los marginados de la sociedad.

Y ciertamente, son esos los soportes concretos de las políticas sociales de una nación que transforman el potencial y las capacidades humanas, para hacerlas más productivas y útiles a la sociedad. Para que quede atrás el estado de la pobreza y  marginación que padecen muchos dominicanos.

No tengo dudas de sus palabras, porque Monchy hace lo que piensa. Siempre ha sido así en todo el accionar de su vida política y profesional. Hace buen tiempo que conocimos a Monchy, el estudiante sencillo y solidario, crítico y estudioso.

Corrían  duros  tiempos  para la juventud dominicana, los doce años de Balaguer; el auge de los clubes deportivos y culturales; las movilizaciones en los liceos y enla UASD; las contradicciones y los enfrentamientos de las izquierdas y el apogeo dela Guerra Fríaliderada por Estados Unidos y la desaparecida Unión Soviética.

Eran años de lecturas,  reflexión y discusiones teóricas sobre el curso de los acontecimientos ideológicos en el mundo. La colección 70, dela Editorial Grijalbo, con sede en la ciudad de México, y de amplia simpatía  entre los jóvenes, sintetizaba y analizaba entonces los ensayos de los clásicos del socialismo.

Asimismo, no faltaban las exquisitas lecturas de “20 Poemas de Amor y una Canción Desesperada”, del laureado poeta chileno Pablo Neruda.  ‘Para jugar cada día con la luz del universo”, como diría el mismo poeta que canto con sus versos a las grandes espumas de Isla Negra. Poemas que se conjugaban con las canciones de los cantautores Silvio Rodríguez, Amaury Pérez, Pablo Milanés, Patxi Andion, Mercedes Sosa, Gloria Martín y otros.

En ese agitado ambiente se desarrolló  Monchy. En las luchas  por la justicia social y el derecho a la vida, como en los barrios de Los Minas, en Santo Domingo Este; y el Ensanche Bermúdez, en la ciudad Santiago, su tierra natal. En medio de  carencias básicas,  las mismas carencias históricas que padecen los pueblos de la región. Monchy, con voluntad y determinación se preparó y decidió salir adelante. Como lo hacho los grandes hombres y mujeres de la historia.

Esa actitud en la vida de Monchy, revestida  del sentir y las más nobles aspiraciones  del pueblo,  se enlaza ahora con  el enfoque  humanista del nuevo gobierno, en el que la alimentación del pueblo, factor importante del desarrollo humano, es una prioridad en las políticas del presidente Danilo Medina.

Todas estas experiencias  nos  sugieren, sin dudas, la certeza de que Monchy Rodríguez sabrá responder con la eficacia, el empeño y la responsabilidad que demanda esa importante entidad soporte de la alimentación del  pueblo.

El autor es periodista