Mischa Barton, peligro al volante

A finales de enero TMZ colgó un vídeo terrible de Mischa Barton: la actriz, en la patio de su casa y medio desnuda, gritaba barbaridades, como que su madre era una bruja o predecía el fin del mundo. Hasta que, de pronto, se caía al suelo y desaparecía de la imagen. La policía se la llevó al hospital. A los pocos días, abandonó el centro y dio su versión: había salido de fiesta con unos amigos y alguien puso droga en su copa. «Esta es una lección para todas las mujeres jóvenes, tened cuidado con vuestras compañías», dijo.

La semana pasada, la volvió a liar. Esta vez estampó el camión, que había alquilado para hacer la mudanza, contra la entrada de su casa. Según se ve en el vídeo, otra vez de TMZ, no calculó bien la altura del vehículo. Pensó que cabía. Pero no. Curiosamente, todos sus males de empezaron por la conducción.

O, al menos, así saltaron a la luz pública. El 27 de diciembre de 2007, la policía paró su coche de madrugada. La actriz no tenía carné, estaba borracha y llevaba encima una pequeña cantidad de marihuana. «No sé que decir, excepto que no soy perfecta y que no pienso volver a hacer algo tan estúpido nunca más», comentó en su momento.

Amistades peligrosas

De esta manera se confirmaron todos los rumores y sospechas sobre su estilo de vida. Con solo 17 años se convirtió en la it girl del momento gracias a la serie O.C. «Trabaja duro, diviértete mucho», pasó a ser su lema y se rodeó de compañeras de juerga tan poco recomendables como Lindsay Lohan.

Sobre el fin de su trabajo en O.C. existen distintas versiones, pero parece que la decisión fue suya: quería dedicarse al cine. Pero Burton no volvió a conocer un éxito parecido. Hasta su físico empezó a deteriorarse de forma alarmante. «Siempre decían que estaba muy delgada, y que debía estar enferma. Y entonces empezaron a verme demasiado gorda. Nunca he tenido el peso adecuado», comentó años después.

Un buen día, en 2009, Mischa se rompió. La prensa contó que llevaba tres días metiéndose cocaína sin parar. Ella lo negó. Dijo que fue al dentista para que le sacaran la muela del juicio: «Tenía una infección y no pude comer nada más que helados durante tres meses. Además, me horrorizan la agujas y querían inflarme de drogas». Se peleó con las enfermeras y acabó ingresada en un psiquiátrico contra su voluntad: «Fue una crisis nerviosa total. Necesitaba alejarme un tiempo de mi trabajo, mi familia y toda la presión. Estaba contra las cuerdas».

Ese ingreso no solucionó sus problemas y ha seguido generando polémicas. Como cuando ella demandó a su madre, y mánager, porque aseguraba que le había robado durante años. Según dice ahora, sus padres «se quedaron sentados esperando que su hija trabajara duro para mantener su estilo de vida».

Últimamente le han embargado dos coches por no pagarlos. Lástima que el camión estrellado fuera de alquiler…

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