Masacre en club de gays en Orlando: «Respetar y amar también son principios cristianos»

José Alfredo Espinal

Caribbean Digital 

SANTIAGO, República Dominicana.- Con la masacre de 49 personas y más de 50 heridos en una discoteca para gays en Orlando, Florida, se comprueba una vez más el odio y la persecución contra esos seres humanos que han decidido vivir su vida de una manera diferente.

Puerto Rico recibe a víctimas de la matanza de Orlando. Foto cortesía AP
Puerto Rico recibe a víctimas de la matanza de Orlando. Foto cortesía AP

Incluso, el hecho de que un pastor de origen latino de una iglesia de la ciudad de Sacramento, California, Roger Jiménez, esté celebrando la matanza en Orlando, indica que muchas personas deben a nivel mundial autoanalizarse profundamente, por lo que hacen, también por lo que dicen.

Según la Biblia, practicar la homosexualidad, el lesbianismo o cosas semejantes es un pecado. Desearle la muerte a otro ser humano también es un delito espiritual, de acuerdo a los cristianos.

Se podrá estar de acuerdo o no con las personas que tienen preferencias por alguien de su mismo sexo, pero sea cual fuese su punto de vista, nadie en la tierra tiene el derecho de acabar con la vida de otra persona solo porque piensan y hacen cosas diferentes a los demás.

Los creyentes en Dios y en su Palabra (la Biblia), no estarán de acuerdo en parte o nunca con la unión de dos personas de un mismo sexo. Es un derecho que le asiste, no solo como hombres y mujeres del cristianismo, sino por su propia convicción como seres humanos.

Esta posición al respecto, sin embargo, no puede ser asumida como una obsesión para denigrar, odiar e incluso matar a otro ser humano solo porque piense y accione contrario a los principios cristianos.

Porque Dios nos ha llamado a amar a nuestro prójimo con sus defectos y virtudes. Amar  y respetar a los miembros de la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero (LGBT), no nos hace cómplice de ellos.

En los gustos y en los colores no todo el mundo podrá ponerse de acuerdo. En cuestión de preferencia sexual tampoco.

La preferencia sexual, aunque se crea lo contrario, es una elección que se adquiere por diversos factores. Incluso, es tan cierta esa tesis que todos los seres humanos nacen con  un sexo definido.  Cuando alguien con juicio propio, sea una persona adulto, joven o adolescente se expresa públicamente como miembro de la comunidad ( LGBT), es por que ha decidido serlo.

La Biblia expresa que Dios creó al hombre y a la mujer y él estableció que las relaciones sexuales solo deben tener lugar entre esposo y esposa (Génesis 1:27, 28, Levítico 18:22, Proverbios 19). Así pues, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo o entre un hombre y una mujer que no sean esposo están prohibidas por Dios. (1 Corintios 6:18).

Sin embargo, aunque la Biblia desaprueba los actos homosexuales, también desaprueba la homofobia, es decir, el odio a los homosexuales, pues nos da este mandato. “Respeten a todos”, (1 Pedro 2:17).

Pese a esta explicación, muchos de ellos saben, según la Biblia, el precio a pagar por practicar y desear la homosexualidad.  El odio contra esos seres humanos no es el mejor aporte para contribuir a combatir, lo que la Biblia califica de abominación. A Dios y no a nosotros, le tocará juzgar a los miembros de la comunidad LGBT.