Madre iraní perdona al asesino de su hijo y lo salva de morir en la horca

Caribbean Digital

Por Josh Levs y Azadeh Ansari, CNN

Las imágenes cuentan una historia de angustia y perdón.la horca

Los padres de un hombre joven asesinado en una pelea callejera, detienen la ejecución del asesino esta semana – segundos antes de que él fuera colgado frente a una gran multitud.

Tuvo lugar en Irán, donde la horca todavía es aceptada como una forma pública de ejecución.

La agencia de noticias semi-oficial ISNA identifica al hombre que iba a ser colgado como Balal. En el 2007, a la edad de 19 años, él asesinó a Abdollah Hosseinzadeh de 17 años de edad , según informó ISNA.

Los dos tuvieron una pelea callejera y Balal sacó un cuchillo de cocina, apuñalando a Abdollah. La familia de la víctima cree que Balal no tenía intención de matar a su hijo, dijo el reporte.

Arash Khamooshi, fotógrafo de ISNA, estuvo allí cuando la gente se reunió en el norte de la ciudad de Noor, cerca del Mar Caspio en la Provincia de Mazdanaran, antes del amanecer.

Una de las fotos de Khamooshi muestra a la madre de Balal, Koukab, sentada en el suelo antes que su hijo saliera. “Ella ya no tenía energía”, dijo Khamooshi. Ella estaba “resignada al hecho que ella perdería a su hijo. Fue muy conmovedor”.

Balal salió. Su cabeza estaba cubierta, y la soga estaba alrededor de su cuello. El hombre estaba gritando y orando en voz alta antes de quedarse totalmente en silencio”, dijo Khamooshi de “Connect the World” de CNN.

La familia de la víctima salió, y su madre, Maryam Hosseinzadeh, se dirigió a la multitud. Ella dijo que ella había estado viviendo una pesadilla desde que perdió a su hijo y que no podía pedirse a sí misma que perdonara al asesino, agregó Khamooshi.

Luego ella caminó hacia Balal y pidió una silla para pararse sobre de ella. Se subió y abofeteó a Balal y dijo “perdonado”. Ella y el padre de Abdollah le quitaron la soga.

La familia de Balal se apresuró, los abrazó y les agradecieron lo que habían hecho.

“Yo no sé cómo tomé estas fotos” dijo Khamooshi. “Supongo que fue el poder de la cámara que te permite enfocarte. Ésa es la única razón por la que no me quebranté y lloré”.