Los Warriors van de favoritos otra vez ante los Cavaliers por tercer año corrido

SANTO DOMINGO. Un equipo se ha dado el lujo de posicionarse en la serie final de la NBA en tres o más ocasiones, pero dos, eso nunca ha sucedido. Esta final, que comienza el próximo jueves, estuvo relativamente anticipada. Y si todo sigue como va, será la misma de 2018. Estén listos.

La final que comienza el próximo primero de junio verá por primera vez dos equipos que han batallado y se han repartido los dos últimos títulos y ahora van por el tercero, donde se despejarán muchas dudas.

LeBron James y compañía ante Stephen Curry y su banda. Sólo por protocolo el calendario marca un asterisco en los últimos tres partidos (*: en caso de ser necesario), pero pensar en una barrida se hace cuesta arriba, se deja abierta la posibilidad por aquello de las probabilidades.

LeBron viene por mostrar su señorío que lo colocaría ¿por encima de Michael Jordan?, bueno, al menos en buen sitial, ya que de las siete ocasiones que ha ido a una final, en ningún caso ha enfrentado a un conjunto del nivel que en esta ocasión llevarán a cancha los Warriors. Para Kevin Durant traerá respuestas sobre si su decisión encontró valor al final.

La ventaja que se le da a los Warriors en algunos casos es muy marcada, pero molestar al león puede ser peligroso y ese es LeBron, el mejor jugador de la liga.

La línea de Las Vegas da favorito a los Warriors, el BPI de ESPN dice que los Warriors tienen un 93 por ciento de posibilidades de ganar la serie y The Bleacher Report apunta que los Cavaliers serán despachados en cinco partidos.

El que sean los no-favoritos le hace gracia a Kevin Love, delantero de los Cavaliers. James, no obstante, ha manifestado que los Warriors han sido el mejor equipo de la liga durante los últimos tres años y se refirió a ellos como “bestia” y como “poderosos”.

Que nadie se confíe. Esos halagos en ocasiones buscan colarse en las mentes de los rivales para finalmente llevarles el pastel.

Aquí hay mucho en juego. LeBron por elevar su elevada categoría en la historia. Los Warriors por desquitarse de lo ocurrido en 2016, cuando de un 3-1 y con la corona casi reflejada en sus ojos, los Cavaliers rebotaron para ganar 4-3, favorecidos con una medida de la NBA, que sacó a Draymond Green y les amplió las posbilidades de ganar.

Pero el año anterior, en 2015, Kyrie Irving sólo jugó el primer partido de la final y eso facilitó algo más a los Warriors.

En los dos enfrentamientos de esta campaña, cada equipo defendió su localía. Pero eso de la regular es historia. La final tiene otro calibre.

Ahora no hay excusas. Todo el mundo está sano, incluso Andre Iguodala el Más Valioso de la final de 2015, que luchó con lesiones durante la final de Conferencia ante los Spurs.

Los Cavs no tienen a Andrew Bogut desde temprano en la temporada, pero él no ha sido factor por asuntos de lesión.

Estos dos equipos vienen mejorados y con figuras agregadas. LeBron, inquieto porque le redondeen un mejor conjunto y los Warriors que aprovecharon el manjar de Kevin Durant.

Todo los jugadores están en su pico lo que despierta más interés. Entre los dos conjuntos tienen siete jugadores “All-Stars”, la mayor cantidad desde que los 76ers de Filadelfia barrieron a los Lakers de Los Angeles en 1983. La primera final los Warriors se adueñaron del título en casa de los Cavaliers, quienes se apoderaron del trofeo en el hogar de Golden State la campaña siguiente.

Klay Thompson, por los Warriors y J.R. Smith, por los Cavaliers, serán figuras determinantes. Los altibajos que experimentan en ocasiones reducen ofensiva para sus equipos, que aun así han seguido avanzando.

¿Esto por qué? Porque LeBron y Kyrie, así como Curry y Durant han jugado de forma más estable.

La defensa entre LeBron y Durant. Será un emparejamiento interesante entre ambos, pues además de ejecutar en el lado ofensivo su trabajo seguirá en el lado defensivo. Y esta serie, dada la gran ofensiva entre estos rivales, la ganará el que mejor ejecute a la defensa.

James seguirá imparable, ha promediado 32.5 puntos, 12.2 rebotes y 8.8 asistencias en los 13 partidos de la final.

Si Iguodala viene de la banca para defender a LeBron como se ha dado, los Warriors cambiarán defensa por ofensiva.

Una variante puede ser mantener a Iguodala y Durant en el quinteto con Draymond Green para entonces tener una rotación pequeña, riesgosa, pero posible.

La madurez con la que ha jugado Golden State (27-1 en sus últimos 28 encuentros), la cual mostró aun con Durant lastimado para prevalecer con el mejor récord de la liga y el hecho de que comienzan en su hogar, lo dejan bien posicionado para llevarse la serie en al menos seis partidos.

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