Los crímenes de odio

Rafael Baldayac

“El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien”  (Romanos 12:9-NVI).

Al menos 50 personas murieron y 53 resultaron heridas la madrugada del pasado domingo 2 de junio, cuando un hombre armado con un rifle de asalto y una pistola disparó contra quienes festejaban dentro de la conocida discoteca gay Pulse de Orlando, Florida.

Rafael Baldayac
Rafael Baldayac

El responsable de la masacre fue identificado como Omar Seddique Mateen, estadounidense nacido en Nueva York y de padres afganos, con 29 años y residente en Port  St-Lucie, Florida. El autodenominado grupo terrorista Estado Islámico se atribuyó la autoría del ataque.

Organizaciones que luchan por la igualdad aseguran que el tiroteo masivo más letal de la historia de EEUU ocurre en un contexto de aumento de violencia.

Desde la masacre de la escuela elemental de Sandy Hook, en diciembre de 2012, se han producido en EE.UU. un millar de tiroteos masivos en los que han muerto 1,141 personas y 3,943 han resultado heridas, según cifras de Gun Violence Archive.

La ONU considera  que esta masacre está directamente relacionada con el fácil acceso a las armas, incluso para personas con antecedentes de enfermedades mentales o de violencia doméstica. «No hay ninguna raza o religión que domine este tipo de actos, el problema son las armas», declaró  el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Rupert Colville.

A pesar de que aún no ha sido etiquetado como un crimen de odio, Human Rights Campaign (la organización más grande de derechos civiles LGBT) asegura que más del 20% de los crímenes de odio reportados en el país en 2014 fueron motivados por la orientación sexual o identidad de género de las víctimas, de acuerdo con las más recientes estadísticas del FBI disponibles.

Además, según un informe de la organización Equality Florida, los crímenes de odio basados en la orientación sexual representan actualmente el 22% de todos los delitos de odio en el estado.

“Estamos en shock por este nivel de odio, y de violencia. No sabemos aún cuáles eran los motivos del atacante; lo que sí sabemos que la homofobia, la intolerancia y el fanatismo sigue viva en Florida, en todo el estado y en todo el país, dijo Hannah Willard, de Equality Florida.

“Estamos comprometidos a hacer lo que sea necesario para acabar con ese odio de raíz.

A través de un mensaje radiofónico Estado Islámico llamó a sus seguidores a perpetrar ataques terroristas y causar dolor en Estados Unidos y Europa, durante el Ramadán. El anuncio lo hicieron una semana antes de que comenzara junio, por su significado para los musulmanes.

«Ramadán, mes de la conquista. Prepárense, estén listos (…) para convertirlo en un mes de calamidad para los no creyentes en todas partes», advirtiò en un discurso, el sábado 21 de mayo, el vocero de los terroristas Abu Mohammed al-Adnani.

Omar Seddique Mateen, llamó a los servicios de emergencia durante el tiroteo y prometió lealtad al líder del grupo miliciano Estado Islámico, según las autoridades.

¿Qué dice la Biblia acerca del odio? Es aceptable repudiar aquellas cosas que no agradan Dios. «Los que amáis a Jehová, aborreced el mal» (Salmo 97:10a).

Sin embargo, el odio debe ser a las acciones de los malvados. El Señor menciona el odio en el sermón del monte: «Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio» (Mateo 5:22).

Matar es ciertamente condenado bíblicamente, pero el odio es un pecado del “corazón”.  Todo acto o pensamiento de odio es un acto de asesinato en los ojos de Dios por el cual la justicia será demandada, posiblemente no en esta vida sino en el juicio final. Tan atroz es que un hombre que odia esta caminando en la oscuridad, en contraposición a la luz (1Juan 2:9,11).

La peor situación es la de un hombre que sigue profesando la religión pero permanece en enemistad con su hermano. Las Escrituras declaran que tal persona es un mentiroso (1 Juan 4:20).

 

Usted puede engañar a los hombres, pero no a Dios.  “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7).