Los Cavaliers se miden a los Warriors en la final más esperada

OAKLAND, California. Aquí van de nuevo.

Por tercer año consecutivo, Cleveland y Golden State se miden en la final de la NBA. Los campeones de 2016 contra los campeones de 2015. La primera “doble revancha” _revancha de una revancha_ en la historia de la liga. Es el duelo más esperado, el duelo más anticipado y probablemente el duelo que los Cavaliers y Warriors ansiaban.

Que la emoción, y la espera, inicien: el primer partido está programado hasta el 1 de junio.

“He sido afortunado de formar parte de esta liga en años recientes y jugar en el máximo escenario”, declaró LeBron James, el astro de los Cavaliers que llega a la final por octava ocasión _entre ellas las de los últimos siete años. “Pero vamos a disfrutar esto un par de días más antes de enfrascarnos en ese duro choque en el oeste”.

Los Cavaliers y los Warriors repartieron triunfos en los dos encuentros de esta temporada, ambos ganando en casa. Cleveland ganó por un punto en Navidad, mientras que Golden State superó por 35 a Cleveland el 16 de enero.

Golden State fue líder de la liga con 67 victorias esta temporada y una impresionante marca de 27-1 en sus últimos 28 compromisos _entre ellos una marca inmaculada de 12-0 en los playoffs de la Conferencia del Oeste, la primera vez que un equipo ha avanzado tanto en la postemporada de la NBA sin una sola derrota. Cleveland, que en ocasiones parecía adormilado en la campaña regular, registró foja de 12-1 en los playoffs de la Conferencia del Este que terminó el jueves con una victoria sobre Boston.

“Al jugar en esta liga uno no puede dar nada por sentado”, afirmó el base de Warriors Stephen Curry. “Treinta equipos se preparan cada año para tratar de llegar a este punto, y sólo dos lo logran. Así que uno debe valorarlo… necesitamos comprender el privilegio que representa y la oportunidad que tenemos de jugar en la final nuevamente, tener la oportunidad de ganar un campeonato”.

De antemano, las declaraciones sobre el rival han arrancado.

El entrenador de Cleveland, Tyronn Lue, fue citado esta semana diciendo que creía que la ofensiva de Boston era “más difícil de enfrentar” que la de Golden State. Cuando se le preguntó el jueves qué pensaba al respecto, el entrenador interino de los Warriors, Mike Brown, respondió: “Esa es su opinión. Es graciosa”.

Y está el recuerdo de la fiesta en Noche de Brujas que James organizó para los Cavaliers en otoño pasado, con la frase “ventaja de 3-1” exhibida en la batería _una referencia a la ventaja que los Warriors tenían antes de perder en la final del año pasado.

Muchas más cosas de ese tipo surgirán durante el preámbulo al primer partido en la cancha de Golden State. Pero también es evidente el nivel de respeto mutuo que se guardan ambos equipos.

“El mejor equipo de nuestra liga en los últimos tres años”, señaló James sobre los Warriors. “Y han incorporado a un increíble jugador con el arribo de Kevin Durant este año. Eso lo hace aún más difícil. Nos van a desafiar mucho, ofensivamente, defensivamente, mentalmente, físicamente. Tenemos que estar listos para el reto”.

Para James, la final es ya un rito anual.

Para Durant, la final pone fin a una espera de cinco años.

La única otra vez que Durant alcanzó la final fue en 2012, cuando jugaba para Oklahoma City. El Thunder perdió frente a Miami en cinco partidos, una serie que convirtió a James en campeón por primera vez.

Apenas terminada esa serie, James se abrazó con Durant, diciéndole al entonces astro del Thunder, con quien por entonces era su colega de entrenamientos en los meses de verano, que estaba orgulloso de él.

“Ojalá no tenga que seguir cruzándome con él”, dijo James esa noche.

Se encontrarán otra vez, a partir del próximo jueves.

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